15 September, 5:56pm

En 1810 un numeroso grupo de criollos en el centro del virreinato de la Nueva España, deseosos de participar en el gobierno de las colonias, aprovecharon la invasión francesa a España para enarbolar un movimiento de independencia y liberarse así de la hegemonía de los españoles peninsulares. Como símbolo aglutinante de una sociedad desmembrada, tomaron el estandarte de la Virgen de Guadalupe y un grupo de líderes religiosos llamaron a armas a los indígenas, tomando partido de que que todos estaban (tanto antes como ahora) bien jodidos, pero bien católicos. Después de una cruenta lucha que duró 11 años, el exvirreinato obtuvo su independencia para luego llamarse México. Y hoy 16 de septiembre se celebra el grito con el que arengó el cura Hidalgo a las masas para levantarse contra el yugo ultramarino, en lo que ahora se conoce como la ciudad de Dolores Hidalgo, en el estado de Guanajuato. El nombre de México, viene de los mexicas, como se autodenominaban los aztecas, que era la civilización más poderosa militarmente cuando llegó Hernán Cortés. No era las más culta, ni la mas desarrollada científicamente, ni la más civilizada, por decirlo de alguna forma, que habían existido en estas tierras; eran guerreros, dominaban un vasto territorio y exigían tributo a los pueblos cercanos. Pero tenían la ciudad más grande, mejor equipada y más compleja de las que había en ese tiempo, Tenochtitlán, y su conquista fue costosísima para los hombre de Cortés. Es extraño como esas páginas nacionales me parecieron tan triviales por tanto tiempo, y ahora que estoy lejos, me parecen tan ricas y llenas de significado: el nacimiento exabrupto de una nación, con pobladores de identidades tan distintas. Después soportamos una dictadura, la invasión estadounidense, la pérdida de la mitad del territorio, luego una invasión francesa, luego una guerra de reforma, una dictadura más, luego una revolución, una guerra cristera, luego una matanza de estudiantes, un terremoto y una bola de gobiernos ineptos. Nada es perfecto, pero todo es perfectible. Tal vez, después de la selección de fútbol, la Virgen de Guadalupe y el tequila, la frase que más une a los mexicanos es: ¡viva México cabrones!