Lo que dijimos nos persigue

  1. El capital. Crítica de la economía política: Antología. Karl Marx, César Rendueles (Selección y notas), Manuel Sacristán (traducción) (06/22/2013 - 01/26/2014)
  2. Teoría del cuerpo enamorado. Por una erótica solar. Michel Onfray. (01/26/2014 - 02/15/2014)
  3. The Communist Manifesto. Karl Marx & Friedrich Engels (02/16/2014 - 02/28/2014)
  4. Sálvense quien pueda. Jorge Ibargüengoitia (02/28/2014 - 03/08/2014)
  5. Noventa y nueve poemas. José Ángel Valente. Selección José-Miguel Ullán (03/11/2014 - 03/25/2014)
  6. El erotismo. Georges Bataille (03/09/2014 - 05/10/2014)
  7. Voy. Gabi Martínez (03/23/2014 - 06/02/2014)
  8. Lo que dijimos nos persigue. Nikola Madzirov (06/03/2014 - 06/21/2014)

Continuando con el ciclo de lecturas de libros autografiados por el autor, terminé (¿se puede terminar algo?) esta pequeña antología de poemas de Nikola Madzirov, a quien tuve el honor de escuchar y saludar en uno de los valiosos lunes de Poetas di(n)versos.

Nikola es de Macedonia, un pequeño país que se declaró independiente de Yugoslavia a principios de los noventas, pero no pudo mantenerse al margen de la guerra de los Balcanes. Así fue enmarcada la vida de los Madzirov.

Nikola escribe en macedonio, un idioma hablado por apenas tres millones de personas (la mitad de los habitantes de Monterrey, por ejemplo), y sin embargo, ha obtenido reconocimiento mundial y ha sido traducido a más de una decena de idiomas.

El libro que compré es una traducción al castellano de una selección de sus poemas. La traducción estuvo a manos de Marija Petrovska y la poeta gallega Yolanda Castaño, prologado por Josep M. Rodríguez. Es una edición sencilla, cuidada. Me gusta.

Desde hace mucho que leo y releo sus poemas. Fue, por un tiempo, el poemario en la mesilla de noche, donde el azar conducía breves lecturas. Pero esta vez decidí abandonarlo, y para hacerlo debí recorrerlo canónicamente: de la primera hasta la última página.

¡Un poema!

Descubrimiento

Llevo mucho tiempo sin pertenecer a nadie
cual moneda caída del borde de un icono.
Me disperso entre estrictas herencias y promesas,
tras destinos bajados lo mismo que persianas.
La historia es la primera frontera que tengo que cruzar,
espero la voz que se distingue de la armonía obediente
y que ha de contar lo alejado que estoy.
Soy como una estatua de bronce bajo la plaza estrellada
sobre la que las aves practican sus himnos de esperanza;
y me descubro pluma pegada en la cáscara del huevo,
esa que advierte de una partida prematura
y anuncia vida nueva.
Cada día mi hogar
cambia secretamente bajo la tienda de campaña del mundo,
sólo la infancia es como la miel
que no admite huellas ajenas a sí misma.

— Nikola Madzirov