11 December, 1:24pm

Hoy es el tercer o cuarto día de encierro. No sé. Creo que el último día que salí de casa fue el miércoles pasado. Sí, cuando envié por correo la solicitud de voto.

Un simple catarro se convirtió en algo más y los últimos días he estado echado en cama, ahogado en mocos, tosiendo, y con un eterno dolor de cabeza.

En los momentos en que amainaban las molestias, escribí. No fue mucho, pero fue algo.

Con mucha pena tuve que declinar un par de invitaciones de los amigos para salir de cañas y tapas. Pero he decir que me siento mejor. Necesitaba este enclaustramiento.

En busca de inspiración, hurgué en mis viejos cuadernos de notas. Encontré esto:

Precisamente es el sentido del tacto el que le da ese tenor mierdoso a la soledad, es el que te recuerda su demonios.

Despiertas un día con ganas de ser abrazado y no hay nadie. Eso es la soledad: la maldita piel traicionera.