11 January, 5:31pm

Últimamente he seguido con mayor atención los vídeos de TED. Y el fin de semana volví a ver uno que sólo había visto parcialmente: Really achieving your childhood dreams. Esta sí que es una charla motivadora. Lo que me movió más el suele fue necesidad de hacer un servicio social, comprometerse como algún grupo de ayuda a los demás, involucrarse con los problemas de la sociedad y ofrecer ayuda. Y esto me hizo pensar otra vez en los propósitos de año nuevo.

Durante la secundaria y preparatoria, en el colegio Marista de Celaya, se acostumbraba involucrar a los alumnos en actividades de ayuda a la sociedad, como colectas, misiones o ir a dar catequismo a colonias pobres. Debo decir que estas actividades, salvo las misiones en la sierra, no me entusiasmaban en lo absoluto. La famosa colecta navideña me causaba un estrés tremendo: eso de juntar dinero o ropa, de lo que yo mismo carecía, en competencia con otros compañeros de más recursos, me agriaba el espíritu de manera alarmante. Por eso cuando pasé al Tecnológico, me sentí mucho más tranquilo, hundiéndome alegremente en mi aislamiento social.

Sin embargo, estos recuerdos amargos, me incurren a otras olas de pensamiento. De niño vi la película de Joe versus the volcano, de la que se me quedó una idea asombrosa: "si no sabes qué hacer, haz lo que más miedo te dé". Jamás pude tolerar de nuevo película de Tom Hanks y Meg Ryan juntos, es más, una vez intenté volver a ver la de Joe versus the volcano con el buen recuerdo que tenía de ella y a los quince minutos apagué el televisor. Pero recuerdo que después de ver esa película pensé que si ese era un buen consejo, me tendría que volver matemático, ya que en aquellos días las matemáticas eran mi más aciago terror. Y el resultado fue bastante positivo.

Y todo este periplo es para volver al punto de los ya discutidos propósitos de año y su reestructuración. Ha pasado por mi mente buscar un grupo al estilo de una ONG, una organización donde hacer trabajo voluntario por algún tiempo. Habrá que empezar buscando qué opciones hay.

Por otro lado, el sábado fuimos a ver Capitalism: a love story, y como ya es costumbre con los documentales de Michael Moore, me ha gustado mucho. ¡Peliculón! Como bien apuntó Berto, fue grato ver su elogio a las empresas organizadas como cooperativas. Pero su crítica hacia un gobierno al servicio de mercado, desprotegiendo al pueblo, a favor de una oligarquía convertida en plutocracia, es absolutamente válida y sorprendente.