12 October, 5:48pm

Este fin de semana estuve en Barcelona. Me gusta mucho Barcelona, en particular por su calidad de ciudad cosmopolita: poder escuchar tantos idiomas distintos, tantos acentos del español, tan sólo recorriendo sus calles. Me gusta mucho su sistema de transporte público, me gusta mucho sus calles, sus edificios, sus Gaudís, sus Mirós, su Montjuïc y sus barrios de Graçia y Antiguo.

Llegué a casa de una de mis primas que vive por la zona del Tibidabo. Una zona bastante pija debo decir, aunque el piso de mi prima es modesto, pero bien situado. Y este fin de semana fue de primicias: ¡anduve en bicicleta por las calles de Barcelona! Tenía años sin montarme a una bicicleta. Y ahora traigo el antojo de comprarme una y moverme en bici por  Coruña, y quien sabe, tal vez más allá.

Me gusta el idioma catalán, me gusta la sonoridad de su ele. Me sorprendió el nuevo aeropuerto. Volví a visitar el Parc Güell (atiborrado de turistas, como yo), volví a la Plaça d'Espanya y recordé esos días de la primavera del 2002 donde recorría esas mismas calles con N. y A. con mochila e ilusiones al hombro.

Mi plan original, como ya se está volviendo costumbre, fue un fracaso rotundo, pero siempre hay hermosas flores allende a las miasmas. Me detuve a contemplarlas ignorando el resto. Y gocé.

Sigamos delante.