14 June, 8:32am

  1. Corsarios de Levante. Arturo Pérez-Reverte (12-13-2008 / 01-08-2009)
  2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Stieg Larsson (01-14-2009 / 01-20-2009)
  3. La metamorfosis / Carta al Padre. Franz Kafka (01-21-2009 / 01-29-2009)
  4. Tokio Blues: Norwegian Wood. Haruki Murakami (01-30-2009 / 02-04-2009)
  5. Twilight. Stephenie Meyer (02-04-2009 / 03-07-2009)
  6. Mi vida, mi libertad. Ayaan Hirsi Ali (03-10-2009 / 04-05-2009)
  7. Viajes por el Scriptorium. Paul Auster (04-01-2009 / 04-12-2009)
  8. Sputnik, mi amor. Haruki Murakami (04-13-2009 / 04-19-2009)
  9. Firmin. Sam Savage (05-08-2009 / 05-16-2009)
  10. El misterio del solitario. Jostein Gaarder (05-29-2009 / 06-14-2009)

Con este libro corroboré algo que sospechaba desde hace tiempo: el mensaje de cada libro es diferente de un lector a otro.

Cuando leí "las buenas consciencias" de Carlos Fuentes, lo encontré de una profundidad arrobadora y se lo recomendé a un amigo, quien se esforzó por conseguirlo y cuando leyó se sintió decepcionado: no encontró lo que yo había encontrado. Lo mismo, pero inverso, me pasó con este libro.

Cuando leí el mundo de Sofía, el libro me fascinó. Un conocido me dijo que le había gustado más el otro libro de Gaarder "El misterio del solitario" y me quedó guardada la curiosidad.

Tiempo después, un compañero de Igalia comentó que precisamente ese libro, "El misterio del solitario" es uno de sus preferidos, así que se lo pedí prestado. Y hasta hoy, después de un par de semanas sin tener ánimo para la lectura, terminé el libro.

Y así fue, no encontré en el libro el mensaje maravilloso que mis conocidos me había dicho entusiasmados.

El mensaje de cada libro es algo personal e intransferible. Y como consecuencia lógica, podría antojarse pensar que los "best-sellers" son libros que venden emociones fáciles, asequibles.

El libro cuenta una bonita historia, ortogonal, simétrica, casi matemática, 53 capítulos, 52 cartas y un comodín, quien es un personaje extraño, representando al filósofo haciendo las preguntas incómodas. Y de nuevo, como en el libro del mundo de Sofía, se mantiene el estilo literario del contrapunto, donde las dos historias de la novela son interdependientes entre sí, para sobreponerse al final y formar una continuidad que se repite hasta el infinito, como el Uróboros.