16 January, 2:39pm

Me desperté a las 9am. Como no me gusta bajar la persiana, la luz matutina inundaba la habitación. Así fue como me percaté que ya era tarde. En diciembre el despertador sonaba cuando aun estaba oscuro. Pero no me quise levantar. Sí, impunemente seguí echado en la cama. Luego tomé la portátil y comencé a bobear por todos esos sitios especializados en la bobeada: twitter, facebook, blogs, y así fue como la vieja nostalgia regresó. Quería que mis amigos de México estuvieran conectados para platicar, quería sentirme en sintonía con ellos. Pero ya todos estaban dormidos.

Para pensar en otra cosa, me puse a ver un capítulo de la serie The Big Bang Theory. Tengo que admitir que cada vez me gusta más. Luego decidí a tomar café y prepararme algo de desayunar. Tuve que asaltar las despensas de mis compañeros de piso para preparar algo. Luego me duché y me preparé para salir a la oficina.

Y la avalancha de trabajo pendiente se precipitó. Pero eso no es relevante en realidad.

Lo que es relevante es que me vuelve a dar gracia el acento español, en especial el acento gallego y sobre todo el acento coruñez. Cuando volé a México me preocupaba un poco si se me saldrían palabras o modismos gallegos, o que la gente no me entendiera dado cualquier cambio lingüístico. Pero no, en cuanto descendí del avión mi mexicano volvía a ser perfecto. Ahora, me cuesta trabajo volver a retomar el acento de acá, entender el gallego, la geografía de la ciudad. Ha sido como comenzar de nuevo. Con grandes excepciones, claro está, empezando por la bienvenida de mis compañeros de piso y de trabajo, muy entusiastas y agradables. Me ha dado mucho gusto verlos de nuevo y charlar.

Y el menú de bienvenida no pudo ser mejor: churrasco.