17 July, 5:30pm

Las últimas dos semanas fueron intensas: en la primera fuimos a Madrid a la Guadec-ES, donde presenté, a final de cuentas, el ytviewer de Sandino, ya que mi versión en C no la pude terminar. De Madrid y Fuenlabrada conocí poco salvo las estaciones del Renfe junto con la tristemente célebre Atocha. La posterior volamos a Estambul.

¿Qué puedo contar de Estambul? Es toda una experiencia. Cuando uno se percata de lo que fue el imperio Otomano y se respiran sus ruinas, uno despierta a lo localista que forjamos nuestra visión de la realidad. El mundo, a pesar de lo intercomunicado, es muy grande y complejo, pero a la vez es común. Me sorprendió encontrar muchas similitudes entre México, D.F. y Estambul, la comida, el caos, la gente, la belleza, la decadencia; y a la vez encontrar muchas diferencias. Fue como descubrir que realmente los humanos no tenemos grandes diferencias, pero las que tenemos nos definen y nos dan un valor de unicidad increíble y hermoso.

Turquía es un país que se debate entre la modernidad y las costumbres, entre oriente y occidente, entre el mundo musulmán y el cristianismo liviano. Divide a Europa de Asia, divide y amalgama las visiones del mundo que más influido. De la misma manera podemos decir qué México es la fusión de la dominante Europa con las antiguas y aisladas culturas precolombinas. Una dualidad que aun no podemos asumir ni entender, al igual que los turcos.

Salvo por el idioma, en Estambul me sentí como si no hubiera salido de México. Veía como mis compañeros españoles veían con estupor la ciudad, comían con precaución la comida... yo me sentía en casa.

Hagia Sophia, la Mezquita Azul, la Cisterna de la Basílica, el Bósforo, tienen una carga emocional que conmociona a quien se detiene a observarlos. Todos las civilizaciones han pasado por ahí y dejado su huella. Entiendo a Flaubert. Esa ciudad es magia, es el reflejo de la humanidad.

La mayoría de los atendimos la Guadec estamos de acuerdo que lo mejor fue el viaje en barco por el Bósforo, bebiendo cerveza, comiendo emparedados de salchicha, el anochecer, las luces de los puentes, el suave vaivén, las conversaciones, la sesión de SMASHED (Single Malt Appreciation Society for Hackers, Engineers and Developers).

Son esos días en la vida en los que te sientes realmente afortunado. ¿Cómo es que he llegado hasta aquí? ... pero falta algo... siempre falta algo...