19 January, 6:39pm

El viernes pasado, regresando de la oficina ya tarde por la noche, había sido mi primer día laboral después de haber despertado a las once de la mañana víctima del famoso jet lag. Pensé en salir temprano ese viernes y seguir durmiendo, pero me seguí de largo un poco más. Llegué a casa como a las nueve de la noche, no tan tarde en realidad. El punto es que pasé por la habitación de L. y C. y L. me exclama, haciendo sarcasmo de mi dilación: "¡vamos Víctor! ¡a trabajar duro para sacar a adelante al país!".

La dualidad de emociones me capturó con su expresión: Por un lado me sentí feliz por que me estoy "esforzando", trabajando en un país que me tendió la mano, y de una forma u otra, genero riqueza, que, de una forma u otra, es benéfica para España. Además me gusta el trabajo y me gusta la empresa. Sin embargo, y por el otro lado, me sentí mal por no generar riquezas en México, el país que me vio nacer y crecer.

Extraños son los sentimientos encontrados.

Tengo una prueba para demostrar mi aferramiento a México: todas las mañanas, después de orinar, prendo la portátil para saber qué ocurrió al otro lado del Atlántico mientras dormí. Me avergüenza pero no puedo evitarlo. Quiero saberlo todo: qué hicieron todos y cada uno de mis amigos, y reviso facebook, twitter, blogs, tc.

¡Iré al FOSDEM!