2016

Miro hacia atrás y veo al 2015 como un buen año, uno para recordar. Puedo decir con orgullo que en el 2015 viví. Aciertos, errores, mucho aprendizaje; muchas experiencias, plenas, la mayoría.

Leí (15 libros); viajé (Reino Unido, Dinamarca, Francia, etcétera); escribí (a mi ensayo "voto y resistencia" le guardo especial afecto); vi películas fenomenales. Pero particularmente viví experiencias, afectos, cercanías, que no había vivido antes, y que han dejado su marca indeleble.

No tengo palabras de agradecimiento suficientes para quienes me acompañaron durante este giro de translación terrestre. Ha sido un privilegio. Ansío, para con algunas de ellas, seguir andando una misma senda.

Profesionalmente fue año también fantástico: me sentí productivo, me sentí totalmente integrado en la comunidad de GStreamer, al ser una de las cabezas visibles del proyecto de GStreamer-VAAPI. Fue cumplir con una de mis metas profesionales más deseadas.

Participé en movimientos sociales, como en el Ateneo Libertario Xosé Tarrío, o el Centro Social A Comuna. Di una charla sobre el caso Ayotzinapa, que tuvo una estupenda recepción.

La sensación que me deja el año pasado es que no paré, no hubo ni un momento de ocio hueco. Siempre había algo que hacer, alguna decisión que tomar, algo que descubrir, cambiar, procurar, construir.

También tuve mi primer contacto con el sistema de Justicia, al ir a juicio por una demanda por agresiones que pusimos en la policía. Y fue una desilusión ver que la justicia, en todo el mundo occidental, se ha fetichizado con la mercancía genérica universal: el dinero. Exigir justicia es pedir dinero, no la mejora de la sociedad. Tengo que escribir sobre este tema en algún momento.

Hay otro tema pendiente a tratar en este espacio: este año adopté una dieta vegetariana, y tengo la intensión de hacerla más rigurosa hasta el veganismo.

En fin, miro hacia atrás y veo al 2015 como un buen año, aunque hay mucho más por delante. ¡Que la energía y el entusiasmo no falten!