8 February, 11:41pm

Como había comentado en mensajes anteriores, he tenido un par de entrevistas de trabajo, llevado más por la curiosidad que por una búsqueda de opciones. Creo que mi camino está enfilado en gran porcentaje. Pero mi punto a discutir es otro.

Pues bien, la compañía que me entrevistó tenía, obviamente, mi currículum y lo primero que les brincó a la vista es mi experiencia con lenguajes script como Perl o Python y de inmediato me quisieron colocar en los grupos de integración o de testing, a lo cual respingué de inmediata: "como ya lo hice, se que no es lo mío; no es algo que precisamente me excite." Su réplica fue que no tenía experiencia en desarrollo de controladores de dispositivos ni de programación del kernel. En ese momento supe que tenía que luchar en contra de mi currículum, ya que para las empresas las personas son deterministas, incapaces de aprender nuevas cosas y ponerse nuevos retos.

Después medité que por simplicidad todos buscamos modelos determinísticos y estáticos de la realidad por motivos de simplificación, ya que de lo contrario la predicción sobre el sistema sería absurdamente complejo. Entonces está es de esperarse que los reclutadores tomen el resumè como el perfil estacionario en el tiempo de un individuo.

Por lo tanto es en el modelo de nosotros mismos donde está la clave, en ese par de hojas donde nos exponemos.

El punto entonces de un currículum no es decir lo que sabemos hacer, sino lo que queremos hacer. Esa es la cuestión.

¿Cómo exponer lo que queremos saber? Primero hay que saberlo, cosa que a un recién egresado le es muy difícil, pero ya una vez sabiéndolo, hay que diseñar el documento de manera que exprese sin ambigüedades lo que queremos de la empresa a donde lo enviemos: ¡Quiero programar en C sobre GNU/Linux! ¡Quiero retos interesantes! ¡Quiero aprender nuevas cosas constantemente! ¡Quiero diseñar y escribir software excitante!