Mezquindades

  1. El malestar en la cultura y otros ensayos. Sigmund Freud. (01-02-2007 / 02-10-2007)
  2. Fluir. Una psicología de la felicidad. Mihaly Csikszentmihalyi (02-10-2007 / 02-27-2007)
  3. Hackers & Painters. Paul Graham (03-05-2007 / 03-22-2007)
  4. Diario de un seductor. Sören Kierkegaard (03-22-2007 / 03-31-2007)
  5. La máquina de follar. Charles Bukowsky (04-01-2007 / 04-07-2007)
  6. La voz de los muertos. Orson Scott Card (04-09-2007 / 04-15-2007)
  7. Elogio de la locura. Erasmo de Rotterdam (04-08-2007 / 04-26-2007)
  8. El Almuerzo Desnudo. William S. Burroughs (04-27-2007 / 05-04-2007)
  9. El universo en una cáscara de nuez. Stephen Hawking (05-04-2007 / 05-11-2007)
  10. El señor de las moscas. William Golding (05-06-2007 / 05-15-2007)
  11. El capitán Alatriste. Arturo Pérez Rerverte (05-12-2007 / 05-17-2007)
  12. El túnel. Ernesto Sabato (05-19-2007 / 05-23-2007)

Es la historia de un ser mezquino que se enamora de una mujer que no puede comprender, y en su desesperación la mata.

Tal vez es nos habla de que todos terminamos asesinando emocionalmente a las personas con las que nos vemos baldados al construir puentes hacia ellas. El autor hace una estupenda metáfora sobre la mezquina existencia individual dentro de un túnel. Sólo vemos ocasionalmente desde gruesas ventanas a la gente con las que soñamos estar identificadas, pero sólo es una fantasía, y la angustia que genera el redescubrirnos aún más solos y aislados.

Mezquindad es la palabra. Egoísmo. Sí, tender puentes emocionales con otras personas es muy difícil, pero no imposible. Únicamente se logran mirando de frente y hablando con claridad, no desgastando el alma con interpretaciones y conjeturas.

Pero hay luces. Al menos una para mi: a sus 37 años el protagonista pudo enamorarse locamente (literalmente). Si su enamoramiento fue un torbellino patológico, es otra cosa, pero el enamoramiento estuvo ahí.

Hoy fui a ver L'Équipier. Bonita película. Lo opuesto al libro: cómo mágicamente se tienden puentes. Sin palabras, sólo miradas, silencios... pero, igual, el amor no puede fecundar en las condiciones dadas. Empero la única demostración física de amor, pecaminosa y aborrecible por la sociedad, llevó a la felicidad a unos y al destierro a otros.