Reseñando
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Víctor JáquezEstoy cansado. Seré breve. El fin pasado. Creo que comenzó el viernes, ya no lo recuerdo bien. El clima fue frío, brumoso, con un constante chipi chipi. La humedad se metía por todos lados al igual que la gelidez. Ese día nos fuimos al Albertos, el bar que tiene la chela a 14 y los platicos entre 10 y 20 varos. Ahí estuvimos hasta que la noche se apoderó de la ciudad. Dejamos a Sandino cerca del metro y nos fuimos al Barrio Antiguo donde nos metimos a un bar donde la cerveza se vendía 10 pesos por promoción. El ruido del lugar no dejaba espacio a la conversación así que terminamos pronto.
El sábado fui por Kiwi a la terminal de autobuses. El clima helado persistía. La pertinaz lluviecita no había cesado. Ella venía a la feria del empleo que organizó el ITESM para los graduados de sus programas de posgrado. Fausto pasó por nosotros junto con Adrián y nos fuimos al lugar en San Pedro donde se llevaría a cabo. La gran mayoría de los presentes estaban ensaquetados y encorbatados, raros eramos los que no íbamos uniformados; resultó obvio que quienes no teníamos trajes oscuros y zapatitos de charol eramos los ingenieros. Había stands de FEMSA, Vitro, Cemex, además de Schneider y Sasken. Yo no llevaba ni currículum y Adrián entró de contrabando. Robamos comida destinada a los estudiantes de maestría en administración y anduvimos de aquí a allá, preguntando, pidiendo plumas y otros souvenires. Yo saqué una pelotita para la relajación, un par de plumas y varios papeles inútiles.
Decepcionados de la feria fuimos a un centro comercial finolis de San Pedro, comimos algo y nos desbalagamos. Compré dos botellas de tinto y nos fuimos al departamento a beber una. Luego fuimos a un café del Barrio Antiguo a tomar café. Adrián y Fausto se fueron y me quedé con Kiwi esperando a que pasarán por ella unas amigas suyas. Cuando partió regresaron Fausto y Adrián para irnos a un Das Bierhaus. Alan, quien llegaba de no se donde, se nos pegó. Después del Das, dimos una vuelta en la Macro, donde se realizan las fiestas del Barrio Antiguo. Y rompimos el día.
El domingo fue la ópera: La flauta mágica de Mozart. Yo estaba a la expectativa de cómo interpretarían la aria de la Reina de la Noche. No me impresionó, se escucha mejor en el disco. No obstante la interpretación de Papageno me gustó mucho; fue, por mucho, quien se llevó la velada.
Llegó el lunes y el casero le dio por robarme la tarde viendo lo de un aire acondicionado para el departamento. En verano hubiera sido fenómeno, pero ahora no se antoja en lo absoluto. El clima mejoró bastante.
¿Pedir o no mi cambio al grupo de UI?