el ornitorrinco quimérico

Ayer me encontré con el Ugly y nos fuimos a comer unas hamburgesas y de ahí al cine. Vimos Un mundo maravilloso. En lo personal no me gustó el mensaje que da. Tal como La ley de Herodes, este nuevo film de Luis Estrada, repite las mismas críticas que hemos escuchado al gobierno foxista, que, con un sesgo que, más de izquierda, es a todas luces obradorista.

El mensaje final de la película, retocado con un forzado tinte de humor negro, me pareció que fue: los pobres seguirán siendo pobres, porque los ricos no los dejarán salir de ahí, entonces los pobres, cuando la ambición les llega, su única salida es la violencia. Y no estoy de acuerdo. Falta en sus argumentos la educación. La educación da oportunidades, la cultura ofrece diferentes perspectivas a la realidad, el conocimiento permite ver oportunidades donde la ignorancia las nubla. El punto no es darle dinero a los pobres, sino la oportunidad de educación. Ahora, la mayoría de los pobres de México, no son las marginaciones urbanas, es la gente que está en el campo, y esa es otra realidad muy distinta.

Por el lado emotivo, siento que estoy recorriendo un laberinto, a ciegas, cuya meta desconozco, pero algo me impulsa a seguirlo recorriendo.