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Víctor JáquezLa teoría de la conspiración
La teoría de la conspiración es como la mitología, con ella explicamos lo que somos incapaces de comprender: "Hay un Dios/Gobierno/Corporación que nos manipula y es el culpable de nuestra desgracia".
Es algo aceptable, por incomprensible, para transferir culpas, tolerar fracasos y explicar complicaciones.
Esto viene a colación dado la dinámica del trabajo. Resulta que, para quienes no lo saben, estoy trabajando en un proyecto de fuente abierta que intenta hacer un IVR libre. Un IVR es un sistema telefónico automático con el cual accedes a información a través de mensajes de voz. Antes eran un soberano desmadre comprar, configurar y programar uno, ahora con los voice browsers y las tecnologías basadas en VoiceXML, la cosa parece facilitarse.
Los voice browsers integran un intérprete de VoiceXML, un sintetizador de voz (TTS) y un reconocedor de voz (ASR). El documento XML define la secuencia del diálogo y el intérprete coordina la ejecución del TTS y el ASR.
Existe una empresa llamada Nuance, que desde siempre se ha dedicado a comprar cuanta empresa relacionada con voz surge.
Aquí es donde la teoría de la conspiración comienza a asomarse. Resulta que se pretende en el proyecto realizado que las universidades que tienen investigación sobre síntesis y reconocimiento de voz participen y aporten. Se busca sobre todo las bases de datos y los modelos para trabajar sobre el idioma español mexicano. Entre estas universidades está la UDLA, el INAOE, el ITESM-MTY y la UNAM-IIMAS. Varias dijeron que sí en principio y ahora están reculeando.
La primera hipótesis fue la conspiración: !Nuance los está coaccionando!
Sólo digo que la primera hipótesis no debe ser la teoría de la conspiración. Debe ser el último refugio de un bribón, tal como lo es la oración, en palabras de Lisa Simpson.
Insisto, primero hay que tener una prueba del concepto antes de pedir colaboración.
Chat is cheap. Show me the code.
La importancia de las preguntas
De mi última lectura, El mundo de Sofía, lo que más me hizo reverberación en el cerebro fue la importancia de las preguntas. Lo importante es hacer preguntas, no tanto las respuestas. Hay mucho más valor en una buena pregunta que mil respuestas.
Y esto va acompañado con la noción de que el correcto planteamiento de un problema, tiene el 50% de la solución. Una pregunta bien formulada contiene el conocimiento entero, la semilla necesaria para una respuesta aceptable.
Bajo este tenor me cuestionaba, mientras comía, ¿las preguntas serán un buen elemento evaluativo? Es decir, en los exámenes se está acostumbrado que el maestro formule preguntas que el alumno debe contestar para corroborar su aprovechamiento en la materia. ¿Qué pasaría si lo volteamos? Ahora, el alumno debe formular las preguntas. Preguntas honestas, con conocimiento de causa y de contexto, completas, con semilla de respuesta (...sí Bunbury...)
INSTRUCCIONES: Formule sus preguntas personales, completas, explicadas, demostrando su manejo e interés en el tema.
Ahora cabría pensar en cómo evaluar las preguntas, cómo ponerles una ponderación lo más objetiva posible. Pero las calificaciones jamás podrán abandonar la emoción subjetiva del maestro.
Snif, snif, extraño dar clases.
Blanca: Como diría Héctor Suárez: ¡Queremos blooooog!