Iniciamos con Lucia

En realidad yo quería terminar el libro antes de año nuevo, pero los festejos sobrepasaron mi débil disciplina y no pude acabar el libro sino hasta el primero de enero.

Lucia Berlin. Vaya hallazgo. Fue un libro encargado para su lectura dentro del taller literario de Apiario y estoy encantado.

Lucia me recuerda a Charles Bukowski, tal vez debido a que habla en primera persona y muchas veces su tema son los perdedores, los despojados, los inexistentes del sistema socio-económico. Sin embargo, en estas fechas, donde la mirada feminista es indispensable para entendernos como comunidad, Berlin es aún más dura que Bukowski y también más divertida.

Bukowski conoció la fama en vida. Berlin, no. Esta obra, póstuma, ha sido su catapulta al reconocimiento literario. Es una antología de sus cuentos, y todos llevan, lo que me parece, una veta de la poesía confesional, como el trabajo de Silvia Plath y Louise Glück: habla de su vida íntima, aunque nunca sabremos qué tanto fue real y qué tanto ficción; pero al final de cuentas, no importa. Ese morbo estorba a la hora de apreciar las historias.

Berlin llevó una vida como pocas: nació en Alaska, vivió por todo EE.UU., en Chile, en México; fue alcohólica, adicta, y pudo salir de ese infierno; fue madre de cuatro niños, tuvo tres maridos (artistas, músicos, drogadictos); tuvo una madre y un abuelo abusivos, quienes, viviendo en El Paso, Texas, detestaban con furor a los mexicanos. La madre de Berlin no toleró que la hermana de Lucia se casara con un mexicano. Jamás conoció a sus nietas de ésta. En Chile, durante Allende, fue socialitè estadounidense: en uno de sus cuentos (Buenos y malos), Lucia dice que su padre trabajó para la CIA como parte del golpe de Estado. Su primer marido la abandonó al enterarse de su segundo embarazo; su segundo marido era músico enganchado a la heroína (con quien ella también se volvió adicta). Luego, con sus hijos, ella lo abandonó para salirse de todo aquello, y fue cuando tuvo que trabajar de lo que pudiera: como señora de la limpieza por una temporada (de allí el cuento que da título al libro), como enfermera, viviendo de las ayudas sociales. Era ya mayor cuando Lucia se decidió a escribir. Y publicó y fue profesora de escritura.

La firma de Lucia es que puede contar las peores tragedias, las más horrendas abyecciones del mundo occidental, pero siempre llega una chispa de humor, puede limitarse a un mero adjetivo, a una simple expresión, que sin embargo logra la descompresión del lector y convierte la historia en llevadera.

Todas sus historias son, mayoritariamente, en primera persona, aunque en ocasiones hay saltos, muy breves, a tercera persona. Y la manera de abordar los temas es como si te estuviera contando una confidencia de manera informal, un chisme, un cotilleo. Te sientes en confianza y sabes que tu interlocutora es de lo más amena y divertida.

En conclusión, no terminé el libro en el plazo que me proponía, pero fue un buen libro para iniciar el año.

Como apunte al margen, la recepción del 2018 en Calafell, sobre la costa de Tarragona, con el piquete cubano. Siempre es un placer compartir con ellos estas fechas. Me hacen sentir uno más de su manada.

El Mas Mel / Calafell. Tarragona.

El Mas Mel / Calafell. Tarragona.


Después de varios mezcales, así veía yo.

Después de varios mezcales, así veía yo.


  1. Manual para mujeres de la limpieza. Lucia Berlin. (12/17/2017 - 01/01/2018)