København

Finalmente llegó la Semana Laica (vacaciones de primavera, o celebraciones del primer equinoccio del año) y de improviso decidí marcharme a conocer la capital de Dinamarca, Copenhague. Me gasté lo-que-no en billetes de avión, pero con la alegría de saber que no pagaría hotel, ya que Edu y Silvia me recibirían, cariñosamente, en su hogar. Les estoy infinitamente agradecido.

El primer día fuimos, Edu y yo, a trabajar en un bonito bar que no registré. En la tarde alquilamos una bicicleta para mi, ya que Copenhague se distingue por ser una ciudad sumamente amigable para la bicicleta: hay carril-bici en todas las calles importantes y los conductores de automóviles son muy respetuosos de los ciclistas. Dicen que en verano hay mucho más congestión vial en el carril-bici que en la calle-coche. Aún así, los habitantes están tan hechos a la bicicleta, que no temen a sus terribles inviernos, como lo recoge Viking Biking.

El miércoles primero de abril, Edu se quedó a trabajar mientras que Silvia inauguró conmigo su, ahora famoso, Silvitour:

Fælledparken.

Caminando por Fælledparken.

Den lille havfrue.

La sirenita es uno de esos hitos imperdibles, que casi siempre desilusionan. En la foto se puede apreciar una pinta que dice "I tought it was bigger".

Cambio de guardia en Amalienborg.

De casualidad nos topamos con el cambio de guardia en el Amalienborg.

Operæn på Holmen.

Es una foto de la Ópera de Copenhague, tomada desde el Amaliehaven.

Artic Sunrise.

Caminando por el Larsens Plads encontramos el famoso buque de Greenpeace MV Arctic Sunrise.

Marmorkirken.

Regresamos nuestros pasos del Larsens Plads, cruzamos el Amalienborg y enfrente está la Iglesia de Mármol.

Nyhavn.

El archi-turístico canal de Nyhavn.

Fristaden Christiania.

Como buen perro-flauta que soy, no podía dejar de ir a Fristaden Christiania, una comuna anarquista, auto-proclamada como autónoma, dentro de Copenhague. La fotografía muestra la advertencia que se ve al salir del vecindario: "Estás entrando a la Unión Europea".

El jueves dos de abril por la noche, Felipe llegó, también de visita, desde Malmö, Suecia. Y el viernes por la mañana, cogimos nuestras bicicletas y las montamos al tren al norte de la isla de Sjælland, hasta Helsingør. De allí, recorrimos en bicicleta la costa norte de la isla hasta Gilleleje, unos 20 kilómetros.

Kronborg.

Entrada al castillo de Kronborg, donde se desarrolla la tragedia de Shakespeare, Hamlet.

Un alto en el camino.

Un alto en el camino para ver el mar de Kattegat.

Un chalet junto al mar.

Y la vista: un chalet junto al mar.

Lo admito, me gustan los cementerios que albergan los restos mortales de grandes personajes de la historia. En Copenhague está el Assistens Kirkegård, el cual no podíamos dejar de visitar.

Tumba de Niels Bohr y familia.

Tumba de Niels Bohr y familia.

Tumba de Søren Kierkegaard y familia.

Tumba de Søren Kierkegaard y familia.

Tumba de Hans Christian Andersen.

Tumba de Hans Christian Andersen.

El lunes, festivo en varios países escandinavos, lo aprovechamos para pasear un poco más.

Botanisk have.

Jardín botánico de la Universidad de Copenhague.

Københavns Rådhus.

Un detalle del Københavns Rådhus, el edificio del Ayuntamiento de Copenhague, en la Rådhuspladsen.

Un puente de Søerne.

Apenas sale un rayito de sol, los daneses se echan en los puentes del Søerne para recibir sus caricias, que son escasas en esas latitudes.

Utterslev Mose.

Atardecer en el Utterslev Mose.