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La Comuna de París

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Víctor Jáquez

Desde hace tiempo me he interesado por La Comuna de París. Hace unos meses leí la obra de Louise Michel y ahora revisé algunos textos de Marx, Engels y Lenin al respecto de dicho suceso.

Marx vio en la Comuna el prototipo de las revoluciones venideras: un proletariado consciente y voluntarioso, contra una burguesía internacional y solvente.

Napoleón III declaró la guerra a Prusia con resultados catastróficos. El mismo emperador francés cayó prisionero en la batalla de Sedán. El Estado galo quedó acéfalo, mientras que las tropas de Bismarck marchaban rumbo a París. Fue entonces cuando el gobierno provisional decidió armar a la vieja Guardia Nacional, compuesta por ciudadanos comunes, quienes, en el París de esos días, eran en su mayoría obreros y pequeños comerciantes.

Las tropas prusianas entraron a un silencioso París que no ofreció resistencia, después de un largo y devastador sitio. Bismarck, al final, dejó sólo un pequeña guarnición, luego de entablar una amnistía con el provisional Gobierno de la Defensa Nacional, instalado cobardemente en Versalles.

La Guardia Nacional de inmediato simpatizó con las ideas socialistas que bullían entre la población, quienes veían en Blanqui, Proudhon y a la Asociación Internacional de Trabajadores (encabezada por el mismo Marx y Bakunin) a guías intelectuales para su emancipación.

París, armado, se declaró en rebeldía contra el poder central, y decidió organizarse de manera autónoma para mejorar las condiciones de la población, destrozada por la guerra y el sitio de la tropas de Prusia. Se constituyó, entonces, La Comuna de París, en marzo de 1871.

La clase obrera no esperaba de la Comuna ningún milagro. Los obreros no tienen ninguna utopía lista para plantarla par décret de peuple. Saben que para conseguir su propia emancipación, y con ella esa forma superior de vida hacia la que tiende irresistiblemente la sociedad actual por su propio desarrollo económico, tendrán que pasar largas luchas, por toda una serie de procesos históricos, que transformarán las circunstancias y los hombres.

—K. Marx. Manifiesto del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores sobre la guerra civil en Francia en 1871.

Entre las muchas medidas concretas que tomó la Comuna, está la absoluta democracia: todos los puesto de gobierno eran por elección popular, y el sueldo máximo era el mismo que el de un obrero. Se abolió el trabajo nocturno, se prohibieron la merma de salarios por supuestas faltas. Debido a que la mayoría de los patrones habían huido de París, se entregaron fábricas y talleres a las asociaciones y cooperativas obreras. La Comuna fue internacionalista, ya que dejó de lado chovinismos, permitiendo que cualquier persona, extranjera o nativa, pudiera votar y ser votada. Se asignaron pensiones para la viudas de la Guardia Nacional. Se hizo efectiva la separación entre la Iglesia y el Estado, se le arrancó la educación a los curas volviéndose gratuita y universal.

Sin embargo, el Gobierno de la Defensa Nacional, que después se convirtió en la Tercer República, no permitiría que andrajosos dieran ejemplo para el resto de los oprimidos del mundo. Thiers, presidente de facto, rogó a Bismarck le devolviera las tropas que tenía capturadas, y con ellas tomar al París rebelde. Bismarck, reconociendo la terrible influencia que podía tener la Comuna en su recién imperio, accedió. Mientras esto ocurría, el gobierno de Thiers recorría los demás países de Europa denostando a la Comuna, utilizando todos los medios disponibles para crear, alrededor de ésta, una leyenda negra de gente viciosa, grosera e incendiaria.

Lo siguiente fue una de las carnicerías más significativas en la historia. Aunque la Guardia Nacional peleó con coraje y valor, finalmente las tropas de soldados profesionales tomaron París, pasando por cuchillo a cientos de miles de personas en cuestión de días. En las calles de París, literalmente, corrieron ríos de sangre.

La Guardia Nacional, como institución creada durante la Revolución francesa, fue abolida de inmediato. El pueblo armado es un gran riesgo para el poder.

Las lecciones que dejó la Comuna son muy grandes, hay que conocerlas y debatirlas.

Últimamente, las palabras «dictadura del proletariado» han vuelto a sumir en santo horror al filisteo socialdemócrata. Pues bien, caballeros, ¿queréis saber qué faz presenta esta dictadura? Mirad a la Comuna de París: ¡he ahí la dictadura del proletariado!

—F. Engels. Introducción para La guerra civil en Francia de Marx.

En esta selección de textos, hay un par de Lenin muy interesantes. Al menos yo los contrasto con la obra de Louise Michel. Para Lenin, la Comuna cometió varios errores mortales, como no expropiar el Banco de Francia y no atacar Versalles cuando tuvo superioridad militar. La vena anarquista de Blanqui y Proudhon hicieron que la Comuna intentara buscar soluciones concertadas y pacíficas con el gobierno provisional. Esto fue muy apreciado por Louise Michel, quien en su calidad de maestra, prefería educar a combatir. Creía en el poder de la razón y la argumentación para convencer a cualquiera de sus propósitos. Sin embargo, ningún viejo régimen jamás ha permitido su desmantelamiento con buenas razones y siempre hará un reguero de sangre allí donde se le replique.

  1. Hegel, Marx, Nietzsche (o el reino de las sombras). Henri Lefebvre. (12/04/2016 - 01/19/2017)

  2. The Man in the High Castle. Philip K. Dick. (01/20/2017- 02/10/2017)

  3. Poemas escogidos. John Keats. (02/16/2017 - 02/26/2017)

  4. La Comuna de París. K. Marx, F. Engels, V. Lenin (02/27/2017 - 03/30/2017)

A manera de colofón y repitiendo el tweet de @masademocrata:

Hola ¿Venezuela? Somos un país convertido en fosa común, gracias a un gobierno y ejército sumergidos en corrupción, además hemos privatizado las riquezas nacionales ¿Me deja darle lecciones de democracia?