¡me voy a volver loco! ... a riesgo de no estarlo ya
Tiempo de lectura estimada: 2 minutos
Víctor JáquezAyer una repentina llamada telefónica ha roto mi pequeño orden. Llegué a Monterrey con la intención de establecerme, irme lejos de mi hogar, en una empresa desconocida para mi, en algo que nunca había hecho. Tenía consciencia de una insípida existencia: juntar dinero para pagar la deuda y buscar otra cosa. Llegó esa llamada, justo dos días antes de mi cumpleaños.
En este momento me estoy enterando que todo el ajetreo terminó. Decidí libremente la decisión menos libre posible.
Yo siempre dije que no seguiría el camino de los mediocres, de los timoratos, pero en realidad siempre me he aferrado a él con una hipocresía sorprendente. Tengo ánimos de largarme, de caerme buscando el cielo.
Toda decisión significa una renuncia. Toda decisión se toma con información incompleta e inexacta. Lo único con que contamos para tomar decisiones es nuestra libertad e inteligencia. El inhibidor por excelencia de la libertad es el miedo. El inhibidor de la inteligencia es la ignorancia.
Cada uno es arquitecto de su destino. ¿Qué tiene la mediocridad que nos seduce tanto?
La banda sonora de mi vida adulta: