mi blag

[No] ser escritor: días 21 y 22

Tiempo de lectura estimada: 2 minutos

Víctor Jáquez

Ni leer, ni escribir. Vinieron los electricistas a cambiar el cableado de la casa, algo que deseábamos desde hace tiempo. Así, entre preguntas de los técnicos, cortes de electricidad e interrupciones de toda índole, determiné que lo más productivo (y necesario y urgente) que podía hacer era reemplazar, en el Grupo Linuxero del Bajío, Twitter con Mastodon. A lo que más dediqué mi tiempo fue en implementar un workflow, de integración continua, en GitHub, para postear automáticamente un toot anunciado la última nota publicada. Fue divertido.

Lo interesante fue reconocer que para escribir necesito más calma y tranquilidad que para programar (en Python). Proust, para escribir su gran novela, abandonó del mundo: se encerró en su habitación hasta su muerte, aisló sonoramente su habitación para concentrarse profundamente en sus pensamientos y recuerdos; se despidió de los placeres mundanos, las soireés en los salones de la aristocracia parisina y las toilettes de las cocottes. Ars longa, vita brevis. Entiendo, por tanto, que escribir exige, por supuesto, disciplina; no obstante, la disciplina es más llevadera con un ritmo de vida rutinario, predecible, repetitivo. Aburrido en una palabra. Ser escritor es como ser mago, jamás se explican los trucos, y uno de los grandes magos fue Bukowski, haciendo creer que se podía escribir en medio de la borrachera y el deleite, añadiendo un glamour al oficio que sólo existe en la ficción que sobre ella misma se forma

Ni leer. Ni escribir. Programar.

Y hoy fue la asamblea de Igalia. Es la primera asamblea a la que falto en mucho, mucho tiempo. Me doy cuenta lo identitario que es Igalia para mí. Me siento incompleto. Mañana será la reunión de socios. El horror de sentirse desvinculado.

Interruptores y enchufes eléctricos.

Interruptores y enchufes eléctricos.