mi blag : Ortigueira

Ortigueira

O Festival Internacional do Mundo Celta de Ortigueira é un festival de música folk tradicional das nacións celtas con máis de 25 anos de tradición. Celébrase cada verán na segunda fin de semana de xullo na vila de Ortigueira. Está declarado festa de interese turístico internacional.

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Cuando comenté a un compañero de trabajo que iría, por primera vez al festival de Ortigueira, me respondió con la emoción que le caracteriza: "¡Es una gran experiencia!". Luego concluyó con severidad: "…con veinte años menos, claro".

Tengo que darle parcialmente la razón. En mi percepción el festival de Ortigueira está compuesto por eventos casi independientes: los conciertos y la acampada. En el primero la gente baila, come, bebe, se divierte, orgullosa de las tradiciones, sin distinción de edad u origen. En cuanto a la segunda, sí le doy la razón al colega: es un campamento para hacer alarde de la recién conquistada juventud, donde dormir es un inesperado knock out, y no parte de la jornada.

Nos fuimos en autobús desde A Coruña haciendo transbordo en Ferrol. Primero nos dirigimos a la zona de acampada para montar la tienda, y comer nuestros deliciosos bocadillos de seitán y cebolla caramelizada, sentados en la playa. El viento se encargó de aderezarlos con sabrosa arenilla.

Entre la acampada y la zona de los conciertos hay unos veinte minutos andando. La acampada está sobre un pequeño bosque que da a una larga playa. Mientras que los conciertos se realizan cerca del puerto. Como llegamos temprano, aprovechamos para pasear por la villa.

Me gustó el cementerio. Me gustó el paseo marítimo. Me gustó el verdor que acompaña entre la acampada y la ciudad.

Como queríamos regresar temprano el sábado a A Coruña, decidimos coger el tren a Ferrol y allí transbordar en bus, ya que los horarios coincidían. El tren es viejuno, hace parada en cada aldea, nos transporta a otras épocas, a otros ecosistemas. Cuando llegamos a la estación final, descubrí un hermoso tren de lujo, llamado El Transcantábrico. Me lo apunto para hacerlo un día, viajar a Oviedo y Covadonga, llegar al País Vasco, ¡y quién sabe! tal vez regresar a pié, haciendo el clásico Camino francés a Santiago de Compostela.