mi blag

Los días siguen miserables. Lluvia, viento, frío y volver a empezar. La tierra no absorbe más agua, forma barrizales allí donde los perros, al correr sobre mojado, terminaron arrancando la hierba (supongamos que era césped).

Leí a Lea Ypi y otro cuento de las perlas psicotrónicas japonesas. En ese cuento, el traductor menciona, a pie de página, el cortometraje El hotel eléctrico de 1908, del director español Segundo de Chomón. Pues me di a buscarlo en YouTube y vi, además de este, otros de sus maravillosos cortometrajes. El que más me gustó fue Satán se divierte.

Segundo de Chomón fue de los primeros directores en usar efectos especiales para crear cine de fantasía.

Continué con la transcripción del cuento Tlacatlaolli. Cada vez me gusta menos. Me parece una mala historia que solo sirve de pretexto para hablar de la metafísica del canibalismo. No hay literatura. Tengo que reescribirla.

Sigo obsesionado buscando una manera de revisar ortografía en documentos en restructuredText complejos para este blog. La única opción viable, y que no he probado, es depender de Sphinx, algo que rechazo. Cada vez siento más ganas de mudarme a Markdown con Zola.

Al finalizar el día, cuando me quería poner a escribir, me topé con Bruses, una artista tijuanense, que me voló la cabeza: