23 July, 5:38pm

"La forma es fondo", dicen los comunicadores, por lo que ejercitar la forma implica pulir un fondo. Pensemos en un blog, en este por ejemplo, en pocas veces hay algo de relevancia que decir, sin embargo a cada post hay un esfuerzo, una idea, una lúdica exposición de hechos, no con un fin presuntuoso, o un ánimo de declaración de principios, leyes o verdades eternas. Simplemente por el placer de plasmar, por el placer de retarse uno mismo a hacerlo mejor en el siguiente, por el gusto de jugar con un pensamiento, retorcerlo y ver como se deforma ante tus ojos. Sin embargo muchos de nosotros tenemos miedo a la crítica y nos congelamos. No queremos expresar nada hasta que ese chispazo único de ingenio sea capaz de pasar todos los juicios y afrentas. Y para la mayoría de las persona ese brillo nucha llega. La autocensura es un paralizadora y toda cavilación se pierde el /dev/null del pensamiento platónico.

La mayoría de las personas carecemos de chispazos de genialidad y sería un error echarlos de menos o desearlos, porque en realidad nos quedamos con la mejor parte: el juego, poder jugar con nuestras ideas, irlas puliendo, saborearlas, retocarlas, ridiculizarlas o sobrecargarlas. Pero de nuevo, el miedo a la opinión de los demás aniquila este placer y nos reducimos a la frustración.

Hay que darnos la libertad de experimentar y mostrar sin pudor estos experimentos, y hasta tal vez le sean de utilidad a alguien más, pero eso ya sería doble ganancia. Si somos nuestro mejor y lector (crítico y entusiasta a le vez), si guardamos aun lado la paralizante auto-censura, si mejoramos la forma continuamente, estaremos creciendo, dando un mayor y profundo fondo.

No, no hay chispazos, sólo un paso a la vez.