26 July, 5:16pm

Desde que tengo memoria he deseado participar, de una forma o de otra en Gnome. Alguna vez participé en los Bugdays, en otras me esforzaba por entender GObject, alguna tiempo estuve suscrito a la lista de correos, pero cada vez que me lo proponía me sentía perdido, sobrecogido por la enorme cantidad de información, por un workflow que me parecía incomprensible. Simplemente, aprender a usar el CVS de aquellos días me aterraba.

Cerca de 10 años después obtengo permisos de "commit" en el GIT de Vala. Y fue muy fácil en realidad: simplemente hay que trabajar y hacer las cosas. Y ahora sé que es fácil por que convivo a diario con gente que ha estado en la comunidad de Gnome desde hace tiempo, que le es natural todo el tejemaneje de su desarrollo. Comprender el flujo del desarrollo de software, sentirse cómodo con los retos que en el hay, tener la auto confianza necesaria para colaborar con gente enormemente más inteligente que tú, y tener las agallas para sostener tu punto de vista, es algo que no fácilmente puede surgir espontáneamente del individuo.

El viernes pasado fui a la obra de teatro "Los monólogos de vagina". Hacía años que quería ver esa obra. Me gustó. Me gustó mucho en realidad. Ahora entiendo que la obra se adapta a cada país que se presenta: los datos estadísticos, las expresiones, las bromas, los nombres. Lo que me hizo quedarme con la duda de cómo sería adaptación mexicana. Debe de ser muy divertida.

Después de toda la velada hablando de vaginas, me dieron ganas de saber qué se sentiría tener una. Debe ser toda una experiencia: le clítoris, los labios, la regla, el embarazo, la penetración, las humedades. Al menos espero algún día convivir con alguien con quien compartir sus experiencias al respecto.

Hoy por fui a comer con Andrés Maneiro y sus amigos de Boiro. Su plan era la presentación de "Hoy no me puedo levantar". Mi plan era ver, si de casualidad, conseguía entradas. No fue así, por lo que me fui al cine a ver Imago Mortis. Aunque empieza bien, en general es una muy mala película.

A la salida del cine había una presentación de bailes típicos gallegos. Muy bonito. Luego me comí un helado y regresé a casa.