De cierta forma siempre estuve orgulloso de mi dentadura: ninguna muela con caries. Hasta hoy. Ante la insistencia de me madre fui a que me hicieran una limpieza dental y el dentista, al remover el sarro y las manchas de tabaco y café, descubrió siete muelas con lesiones de caries, aun en el esmalte, pero hay que limpiar. Ahora tendré que buscar un dentista en A Coruña.

Finalmente hoy me fui a tomar un café con C. Nueve meses después. Su segundo hijo nació el mismo día en que me fui a A Coruña. Dato curioso. Me gustó como reaccionó ante la historia: enérgica. Una variante de lo que me han dicho, pero de manera enérgica. Y de nuevo me dije lo que ya me he dicho antes "¡Sí! no estoy para migajas emocionales". Pero al final del día estoy otra vez emocionado por los pequeñas moronas que me arrojan.

Escribí mi primer post del año en el glib.

Sólo me queda un día. Mis últimas horas en Celaya. La vida nueva me espera.