Ego-galería matacanera

Pese a que fui a Monterrey a tragar mierda, esto no me detuvo para pasar estupendos momentos con la familia, con mis amigos y con la ciudad. Especialmente hubo dos sucesos que disfruté mucho: la primera, caminar con una constantemente descubierta amiga hasta las dos de la mañana por la avenida San Pedro y la segunda, Matacanes.

Hay lugares a los que he ido y resultan ser destinos místicos, llenos de una inesperada espiritualidad, entre ellos puedo citar Real de Catorce, Maruata, el mochilazo por Oaxaca o el tour fresa por Chiapas. Matacanes es uno de ellos también. Terminas tan jodido después de 9 horas de ruta que, si como yo, estás también hecho mierda por dentro, terminarás en una tranquilizante homoestásis: madreado por dentro, madreado por fuera.

He aquí una ego-galería matacanera:

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