Sólo por escribir algo

Ayer en la noche comenzó a llover. No paró sino hasta entrada la tarde. En la mañana no pensé que durara tanto el chipi chipi así que resolví irme caminando. Llegué hecho una sopa a la oficina, empapado, aterido, temeroso de una pulmonía cuata. Maldito clima regio. Cambia repentinamente, sin aviso, no sabes cuándo necesitaras un abrigo aún cuando sólo con verlo te de asco por el calor sofocante.

Hoy vi La otra puerta. Buena la película. Hasta ahí. Lo que me gustó fueron sus escenas chocantes al espectador. La trama, a mi sentir, le faltó redondear. De regreso tu ve que caminar un tramo que, debido a la constate lluvia, se volvió lodoso. No podía dar vuelta atrás. Mi zapatos terminaron siendo una masa informe de pantano personal y transportable. Mi pantalón sufrió de manera similar.

Hoy no quise hacer nada. Nada me salía. Sólo quería que pasaran las horas. Y según yo, en mi cumpleaños, me juré vivir cada día con pasión, con objetivo... hoy me valió un pepino el escaso tiempo que se me ha dado.

Me voy a dormir.