Entrada rápida para no perder la supuesta disciplina llevada:

Estas vacaciones de primavera fueron para mi un remanso para la montaña rusa que se ha convertido mi vida profesional. Me levantaba a medio día, me arrastraba a la ducha y me instalaba para hacer lo menos posible. Me convertí en una larva cuyo único propósito era rumiar rencores.

Pero luego me decidí por hacer más cosas: limpié mi habitación, el baño y el pasillo (la cocina y el salón pueden esperar); también le dediqué bastante tiempo al sitio del Grupo Linuxero del Bajío, arreglando los desastres hechos por nuestro servicio de hosteo y de paso habilitando el envío de correo electrónico, indispensable para que los nuevos usuarios se dieran de alta. Leí más bien poco y no vi ninguna película salvo las nuevas emisiones de Game of Thrones.

Aunque mi intención era mantenerme lejos de lo laboral, me dio gusto ver que Aura ha sido publicado en la OVI Store y que ha recibido buenos comentarios.

Ayer fui con C., J. y A. a Lugo, que no lo conocía. Me gustó la ciudad y su muralla, sus callejas y sus bares, pero lo que más me gustó fueron sus tapas que dan gratis con la bebida, en particular el pincho de lacón que nos pusieron en un bar, aquello fue como darle un mordisco a las nalgas de un ángel, delicioso.

Aquello terminó como lo previsto, en un pedo en condiciones.

Luego fuimos a Muras, a dejar a A. en su casa familiar, donde dimos un paseo nocturno y, aunque yo estaba con el estómago a punto de reventar, cenamos en casa de la familia de A.

Hoy fue otro domingo de poco o casi nada.

Lugo