escribir sobre la escritura

Los tres libros que he terminado este mes van sobre autores que escriben sobre la actividad de escribir.

Escribir, en una primera aproximación, ingenua como todas, aparece como una actividad relativamente sencilla, asequible. Se trata de contar historias y ponerlas por escrito. Y relatar es algo que hemos hecho y vivido desde la infancia. No obstante, cuando comenzamos a trabajar en la materia, papel, símbolos, lenguaje, ideas, la actividad va perdiendo su aparente sencillez. Y finalmente, si deseamos dedicar nuestra vida y rol social a la escritura, el hecho de escribir, y hacerlo bien, es tan complejo como la experiencia humana misma.

Margaret Atwood

Margaret Atwood (fuente)


Margaret Atwood es la autora del bestseller The Handmaid's Tale (Los cuentos de la Criada). Se considera la escritora canadiense contemporánea más importante.

El libro On writers and writing es una compilación de las seis clases que impartió en la Universidad de Cambridge, dentro del programa The Empson Lectures, en el año 2000.

Los temas de cada una de las seis clases son:

  1. Orientation: Who do you think you are? What is 'a writer,' and how did I become one?

    Es sobre la vocación de escribir, y en particular de la suya, en un país sin tradición literaria.

  2. Duplicity: The jekyll hand, the hyde hand, and the slippery double. Why there are always two.

    Describe la dualidad que vive todo autor: uno es escritor cuando se está sentado escribiendo, fuera de esa actividad uno es una persona como cualquier otra. En la vida se puede ser dulce y cariñoso, pero al momento de escribir se puede ser el más violento y brutal de los seres. Para el escritor todo está permitido, mientras que para su otro yo, el de la vida exterior, no.

  3. Dedication: The Great God Pen. Apollo vs. Mammon: at whose alter should the writer worship?

    Se puede escribir por devoción al arte, en el más romántico de los sentidos, buscando la perfección. O se puede escribir con el propósito de la fama y la fortuna. Pero si ambas razones se desvinculan por completo, la actividad puede terminar en fracaso o tragedia.

  4. Temptation: Prospero, the Wizard of Oz, Mephist & Co. Who waves the wand, pulls the strings or signs the Devil's book?

    El escritor se puede presentar como sabio, mago o mensajero demoniaco. En su creación y su estar en el mundo (pose) cómo se autoidentifica el autor, cómo es su entrega hacia el arte: acaso es un vulgar quiromántico de feria, con luces y trucos; o un filósofo perdido en mundos de ficción, empeñado en encontrar la perfección en la belleza; o alguien cuyo talento es el resultado de un pacto con el demonio.

  5. Communion: Nobody to Nobody. The eternal triangle: the writer, the reader, and the book as go-between.

    Escribir libros es un medio de comunicación incierto. El escritor escribe para alguien que sólo existe en su cabeza. Probablemente nadie lo lea, tal vez millones lo lean, y lo más seguro es que será malinterpretado si el éxito sucede. El libro, el medio o el dispositivo creado para llevar ese mensaje también está sujeto a consideraciones sobre su intención y las consecuencias de la lectura. Además, también el futuro de libro como tal, es incierto.

  6. Descent: Negotiating with the dead. Who makes the trip to the Underworld, and why?

    Parte de la hipótesis de que toda la narrativa, y tal vez toda la escritura, está motivada, en el fondo, por nuestro miedo y fascinación por la muerte. Escribimos obsesivamente porque tememos que la muerte nos encuentre sin terminar nuestra obra; pero a la vez, es posible que escribamos para sobrevivir a nuestra propia muerte.

Todos los argumentos de Margaret surgen de la erudición, de toneladas de lecturas que la respaldan. Hace dialogar a los más diversos escritores entre sí. Y ese debate entre obras es algo que disfruto mucho.

Theodor Kallifatides

Theodor Kallifatides (fuente)


Luego leí Otra vida por vivir, de Theodor Kallifatides. Es una pequeña novela en primera persona, donde se nos cuenta el bloqueo de un escritor casi octagenario, tal como el mismo Theodor. Un autor en la cúspide de su carrera, que no para de recibir premios y que sin embargo le angustia que desde hace un tiempo no ha podido escribir. El narrador, al igual que Theodor, es un emigrado, que salió de su Grecia natal en búsqueda de mejores oportunidades en la fría Suecia. Allá se desarrolla profesionalmente, forma una familia, y alcanza el éxito escribiendo en una lengua que no es la materna, sino en sueco, lengua que perfecciona con ayuda de sus hijos a quienes nunca impuso el griego.

Entonces un día recibe un correo electrónico desde Grecia para solicitar su permiso de nombrar un colegio, en su ciudad natal, con el suyo. Acepta y viaja, junto con su esposa, para allá. En ese viaje se reencuentra con su abandonada lengua y se arriesga a escribir en ella. Requiere un gran esfuerzo volver a pensar en griego, pero lo logra, y de paso, vence el bloqueo que lo había afectado. Este libro, es el primero que Kallifatides publica en griego, su lengua materna. Como dijo Hannah Arendt cuando le preguntaron ¿Qué queda? Queda la Lengua Materna.

El libro surge desde la emoción, lejos de todo lo erudito, pero calibrada y bien dosificada. El ser migrante, algo con lo que más y más gente se identifica en el mundo, es la pregunta constante en el libro. El dramático cambio del mundo, Suecia y Grecia en particular, de sociedades del bien común a sociedades de consumo egotista. La vejez en esta sociedad obsesionada con juventudes plastificadas. Y muchas otras reflexiones necesarias y ambiciosas, abordadas con humildad pero con precisión.

A veces, en el momento de decir o hacer algo, me he sorprendido deseoso de tener un espejo para ver si lo que he dicho o hecho es correcto. Quizá finalmente ese «si» sea el precio más alto de la emigración. Está siempre ahí. […]

P. 19

La conclusión es que las personas envejecemos y que es mejor envejecer trabajando. Y sin embargo yo, en vez de seguir escribiendo contra viento y marea ya no podía ni siquiera escribir.

A mis veinticinco años, cuando me pregunté cómo viviría mi vida, la respuesta fue «yéndome». A los setenta y siete la pregunta volvió. ¿Cómo viviría la vida que me quedaba? Y la respuesta era, cada vez con más frecuencia, «volviendo».

P. 79

«Me importa un bledo la dulzura de la vida. Lo que quiero es dignidad. Sin ella, hasta la miel es amarga», pensaba.

P. 130

Sigrid Nunez

Sigrid Nunez (fuente)


Finalmente terminé El amigo, de Sigrid Nunez, que parece ser fue el libro sensación del 2018 en los EEUU.

Si Kallifatides abandonó la erudición que comenzó con Atwood, Nunez la retoma con vigor, alejándose así del sentido común que dictamina que las mujeres son emocionales y los hombres racionales, y que si Marte y Venus... Pamplinas.

En esta novela, también breve, la protagonista es escritora y profesora de literatura, al igual que Nunez, a quien se le suicida su mejor amigo, también escritor. El libro está, en su mayor parte, escrito en segunda persona, una conversación con el amigo muerto. Por tanto, la obra gira, al menos parcialmente, alrededor del duelo.

Como todo buen suicida, no dejó carta póstuma, sólo una amarga serie de preguntas ahogadas en el silencio. Su viuda sólo le entrega, del difunto, un perro Gran Danés, llamado Apolo. Es su relación con este perro, junto con un gran material literario, quien le ayuda a la protagonista a transitar por el duelo, que no termina en la última página, ya que es un proyecto de largo plazo.

Era bien sabido que su amigo pasaba por una depresión y un bloqueo de autor antes de cometer suicidio. Otra vez el bloqueo, como el que aquejaba a Kallifatides, pero este lo resuelve dando un vuelco a su escritura; el segundo, desespera.

La novela en general, en su diálogo constante con infinidad de autores, para sostener el hilo conductor de la trama, me recordaba a la pintura que había visto en el Museo del Prado: El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas en Bruselas. La obra es famosa por ser una pintura de cuadros famosos. Así, esta novela es un libro de libros.

El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas en Bruselas

El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas en Bruselas, de David Teniers, el joven. (fuente)

[…] Tienes que tener ambición, ambición en serio, y, si quieres hacer realmente un buen trabajo, has de estar motivada. Tienes que querer superar lo que otros hicieron. Tienes que creer que lo que estás haciendo es increíblemente serio e importante. Y todo esto me parecía que estaba en conflicto con aprender a sentarse en silencio. Y dejarse ir.

P. 74

Cuando les cuento el mito sobre la muerte de Rilke, cómo se llegó a decir que el comienzo de su enfermedad mortal ocurrió al pincharse la mano con la espina de una rosa —esa flor que lo obsesionaba y que era un símbolo tan trascendental en su obra—, emiten un quejido, y un estudiante no puede parar de reír.

Hubo una época en que los escritores jóvenes —al menos los que nosotros conocíamos— creían que el mundo de Rilke era eterno. Estoy de acuerdo con mis estudiantes en que ese mundo ha desaparecido, pero a su edad a mi no se me habría ocurrido que podría desaparecer, y mucho menos mientras yo estuviera viva.

P. 132

Una vez más me topo con esta famosa definición de amor: dos soledades que se protegen, se tocan mutuamente y se saludan.

P. 134

[…] Escribes algo porque esperas controlarlo. Escribes acerca de experiencias en parte para comprender lo que significan, en parte para no olvidarlas con el tiempo. En el olvido. Pero siempre está el peligro de que suceda lo contrario.

P. 201


  1. On writers and writing. Margaret Atwood (11/06/2019 - 02/01/2020)
  2. Otra vida por vivir. Theodor Kallifatides (02/01/2020 - 09/01/2020)
  3. El amigo. Sigrid Nunez (09/01/2020 - 17/01/2020)