mi blag

Las uvas de la ira

Tiempo de lectura estimada: 6 minutos

Víctor Jaquez

Cuatro meses con este libro, aunque en medio de muchas otras actividades, dicho tiempo revela el trabajo que me ha costado leerlo en su idioma original. En general, leer en inglés me cuesta más de lo que me gustaría; en particular, el inglés macarrónico (o debería decir oklandónico) del libro ha significado un duro reto.

El libro comienza con el Dust Bowl y termina con la escena clásica de la Caritas romana.

El Dust Bowl es de las tragedias ecológicas más grandes de la humanidad, que precedió directamente a la Gran Depresión, y que el típico cuñado no menciona cuando habla de los ecocidios causados por los sistemas totalitarios.

La Caritas romana nos habla de esa caridad, donde entregamos algo absolutamente íntimo e idealizado para salvar, en el caso de la novela, a un completo extraño, que literalmente, está muriendo de hambre.

El resto es un extracto en la historia de la familia Joad que, como muchas otras familias, debido al Dust Bowl, son incapaces de saldar su hipoteca y están obligados entregar sus tierras al banco.

The bank—the monster has to have profits all the time. It can't wait. It'll die. No, taxes go on. When the monster stops growing, it dies. It can't stay one size.

[..]

The bank is something else than men. It happens that every man in a bank hates what the bank does, and yet the bank does it. The bank is something more than men, I tell you. It's the monster. Men made it, but they can't control it.

Sin lugar ni medios para vivir deciden migrar a California. Panfletos circulan de mano en mano prometiendo trabajo y vida digna en aquel estado. Cogen la Ruta 66 hacia el oeste, donde se encuentran con una migración masiva. Miles de personas abandonan sus tierras, devastadas por el Dust Bowl y marchan para California, el paraíso panfletario.

HIGHWAY 66 IS THE main migrant road. [..]

66 is the path of a people in flight, refugees [..] they come into 66 from the tributary side roads, from the wagon tracks and the rutted country roads. 66 is the mother road, the road of flight.

Viajan sin dinero, con hambre y la sed del desierto. Sueñan con encontrar un trabajo, ahorrar, con comprar una casa, estudiar, etcétera. Pero el viaje es difícil y cobra sus víctimas; se topan con el recelo y la ira de los locales en donde buscan posada; son rechazados, robados, vilipendiados. Okies, les llaman de manera despectiva.

Tom said, "Okie? What's that?"

"Well, Okie use' ta mean you was from Oklahoma. Now it means you're a dirty son-of-a-bitch. Okie means you're scum. Don't mean nothing itself, it's the way they say it. [..]"

Después de un éxodo lleno de vicisitudes, después de haber renunciado a su identidad, a sus raíces, después de enterrar a los patriarcas en cualquier zanja, llegan a finalmente a California, para ser recibidos con el desprecio del esclavista, el del patrón que recibe mano de obra forzada y abundante.

Las familias son hacinadas en campamentos espontáneos, desorganizados, sin higiene. Los adultos varones son acosados por la policía, donde cualquier intento de organización es acusado de "rojo y alborotador". El hambre campea a sus anchas. Los hombres mendigan por una jornada de trabajo; ofrecen lo único que tienen, sus pocas fuerzas, a cambio de magros salarios que no alcanzan ni para alimentarse a ellos mismos, menos aún a sus hijos. Saben que el invierno llegará sin un techo donde cubrirse.

El único remanso en la novela es cuando la familia Joad llega al campamento Weedpatch, que es un campamento cedido por el gobierno de Washington para los migrantes, y al ser territorio federal, las policías locales no pueden entrar sin la orden de un juez. En este lugar, los migrante se organizan, auto-gestionan, para dar a todos y a cada uno de los residentes, agua potable, baños, duchas, orden, seguridad. En ese lugar los Joad encuentran la tranquilidad que necesitaban para recuperarse del viaje, y donde finalmente recuperan su humanidad. Están rodeados de gente como ellos, sus iguales, donde deciden por consenso, sin la asquerosa caridad de los ricos para los pobres.

[..] we was a starvin'— me an' Pa an' the little fellas. An' it was a-rainin'. Fella tol' us to go to the Salvation Army." Her eyes grew fierce. "We was hungry— they made us crawl for our dinner. They took our dignity. They— I hate 'em! An'— maybe Mis' Joyce took charity. Maybe she didn' know this ain't charity. Mis' Joad, we don't allow nobody in this camp to build theirself up that-a-way. We don't allow nobody to give nothing to another person. They can give it to the camp, an' the camp can pass it out. We won't have no charity!" Her voice was fierce and hoarse. "I hate 'em," she said. "I ain't never seen my man beat before, but them— them Salvation Army done it to 'im."

Pero cerca del campamento no había trabajo sino hasta la primavera. La familia Joad decidió, con mucho pesar, irse hacia el norte, en busca de un lugar donde trabajar y ahorrar para el invierno.

Llegan a un rancho para la pizca del algodón. Les ofrecen el dinero suficiente para alimentarse bien aunque sin poder ahorrar. Sin embargo, se percatan que son usados como rompe-huelgas, como esquiroles, para un grupo de trabajadores que hacían huelga por el mísero salario que recibían. Estos huelguistas morían de inanición en la entrada del rancho, hasta que un grupo de embozados los dispersó, matando a los líderes. Cuando los huelguistas desaparecieron y llegó más mano de obra, los salarios cayeron y los Joad ya no pudieron alimentar a sus críos, quienes también debían, entonces, ir a pizcar algodón. La maś afectada fue Rose of Sharon, quien estaba embarazada y llevaba meses sin alimentarse adecuadamente. Al llegar el invierno, una enfermedad la hizo perder a su hijo, mientras que los varones luchaban contra la lluvia que amenazaba con inundar la choza donde vivían.

La lluvia los venció. Sin nada más en sus vidas, salieron en busca de un lugar alto donde pasar la noche, hasta que se toparon con un granero. Entraron temerosos de que el dueño los echara, pero solo encontraron a un niño y su padre moribundo. El padre llevaba tiempo sin llevarse comida a la boca, ya que todo se lo daba a su hijo. Ahora moría de hambre sin poder digerir nada de lo que su hijo le podía conseguir. Es entonces cuando Rose of Sharon decide darle el pecho que le hubiera tocado su hijo muerto.

Leyendo este libro he pensado en los desplazados de Siria. Tal como Steinbecek, que escribió este libro para colocarles la etiqueta de la vergüenza a los codiciosos cabrones que han causado esto, ojalá que el crimen que Europa está cometiendo contra todos los refugiados no se olvide nunca.

  1. The grapes of wrath. John Steinbeck (11/23/2016 - 03/20/2016)