¿Por qué escribir?

En esas vacaciones mi madre nos inscribió, a mi hermano y a mí, en el campamento de verano organizado por el sindicato del instituto de sanidad para los trabajadores del estado. Tenía yo nueve años y mi hermano seis.

A la explanada de la Unidad Deportiva acudían una centena de chamacos por la mañana, hijos de funcionarios que no podían dejar solos en casa; niños que me resultaban tan extraños como habitantes de Indochina o Laponia. Me encontraba varado entre dos mundos: el de mis compañeros de colegio, con ampulosos apellidos compuestos, copetes engominados y gustos sádicos, y ésta avalancha de niños ruidosos con cabello hirsuto, a quienes no importaban sus gruesas lagañas o mocos verdes embadurnados, les bastaba reivindicar su existencia a grito pelado, pateando un balón.

El primer día por la tarde comuniqué a mamá que no volvería al campamento, me quedaría en casa mirando televisión. Mi madre, que buscaba un empleo de medio tiempo, me rogó fastidiada que continuara.

Unidad Deportiva.

Unidad Deportiva Miguel Alemán Valdez (fuente)

El segundo día no fue mejor. Muchos de los campistas se conocían entre ellos, o al menos, se reconocían mediante códigos comunes, ajenos a mí. Además presumían de coordinación motriz, muy al contrario mío, me bastaba una pelota aproximándose para tropezar al suelo sin interferir siquiera en su trayectoria. Ante tales circunstancias, la expectativa de encontrar un amigo allí era exigua.

Al dividirnos en equipos me fui recorriendo disimuladamente al fondo de la masa por clasificar. Una vez lo suficientemente lejos del monitor, di media vuelta y caminé en dirección opuesta. Había descubierto mi estrategia de vida contra la angustia social: la evasión.

Entonces me dediqué a mi actividad favorita: explorar. La Unidad Deportiva de la ciudad me era enorme y desconocida. Dediqué las siguientes semanas a recorrerla hasta sus ínfimas esquinas, muros, pistas de atletismo; escabullirme por las gradas del campo de béisbol, contabilizar los campos de fútbol y los patios de juego con balancines, resbaladillas, columpios. Pero el descubrimiento más sorprendente fue un mosaico de pequeños jardines, flanqueados por setos, con bancos de piedra y una pequeña fuente de estilo japonés en cada uno.

La mañana posterior a una tormenta estival, con el aire inundado de tierra mojada, encontré en uno de los jardines a un señor de barba blanca, traje y portafolios apoyado sobre sus rodillas, sobre uno de esos bancos. Observándolo desde la distancia, me identifiqué con su solitaria tranquilidad, con su mirada perdida en la copa de los árboles hasta encontrar algo allí, mas no afuera, dentro, y retornar a los papeles que yacían sobre el portafolios, atacando, con su bolígrafo, palabra escrita.

Trepé sobre una fuente allende al bajo seto que separaba los jardines. ¿Sería un escritor famoso como Carlos Fuentes u Octavio Paz? ¿Qué estaría escribiendo? ¿un poema? ¿una carta? ¿una novela?

Esa tarde le conté a mamá sobre los jardines y el señor de barba blanca. Mamá entonces aceptó su derrota, a pesar de su nuevo empleo como agente de ventas, y dejó de llevarnos al campamento, una injusticia para mi hermano, que sí lo disfrutaba.


¿Por qué escribir? es una recopilación póstuma (editada tan sólo cinco meses después de su muerte) de ensayos, entrevistas y discursos por, para y de Philip Roth, que recorren la pregunta del título, el quehacer literario, la frontera entre obra y biografía, la defensa de la ficción.

Suelto algunas citas, a manera de migas de pan para palomas de la literatura:

Sobre "El mal de Portnoy"

Al hablar de los objetivos de su arte, Chéjov establece una distinción entre «la solución del problema y una correcta presentación del mismo», y añade: «sólo la última es obligatoria para el artista».

Después de 8 libros

[…] empecé a escribir sobre la vulnerabilidad femenina y vi que esa vulnerabilidad no solo determinaba las vidas de las mujeres (que a menudo las sentían en los más profundo de su ser) sino también de los hombres en lo que ellas buscaban amor y apoyo […] De qué manera esta vulnerabilidad conforma sus relaciones con los hombres (cada uno vulnerable al estilo de su género) es el auténtico meollo que he contado acerca de esos personajes femeninos.

Entrevista para "Le Nouvel Observateur"

Convertirte en una celebridad es convertirte en una marca.
Uno no crea el aura de intimidad bajándose los pantalones en público; si hace tal cosa, la mayoría de la gente mirará instintivamente a otro lado.

Entrevista para "The London Sunday Times"

Shaw le escribió a Henry James: «La gente no quiere que le des obras de arte, quiere que la ayudes». También quiere una confirmación de sus creencias, incluidas las que tienen sobre ti.
[…] hay que poner las mejores frases en los labios del otro individuo. De lo contrario es cosa de idiotas.
Arremeter contra ti mismo es interesante, mucho más que salir vencedor.

Entrevista para "The Paris Review"

Empezar un nuevo libro es desagradable. Estoy totalmente inseguro acerca del personaje y el aprieto en que se encuentra, y debo empezar por un personaje y su aprieto. […] A menudo he de escribir un centenar de páginas o más ante de conseguir un párrafo que tenga vida.
Es más útil que mi errores maduren y revienten a su debido tiempo. Yo mismo me procuro toda oposición que necesito mientras estoy escribiendo, y la alabanza carece de sentido cuando sé que algo ni siquiera está medio terminado.

¿Piensa en un lector de Roth cuando escribe?

No. En ocasiones pienso en un lector contrario a Roth. Pienso: «¡Cómo va detestar esto!». Ese puede ser precisamente el aliento que me hace falta.

La literatura no es un concurso de belleza moral. Su poder procede de la autoridad y la audacia con que se lleva a cabo la representación; la creencia que inspira es lo que cuenta.
Mire, el sucio secretito ya no es el sexo; el sucio secretito es el odio y la cólera. El tabú es la diatriba.
[…] un escritor necesita volverse loco porque eso le ayuda a ver. Un escritor necesita sus venenos.
Mi héroe tiene que hallarse en un estado de intensa transformación o desplazamiento radical. «No soy lo que soy; ¡soy, en todo caso, lo que no soy!»
No es preciso conseguir un equilibrio entre lo hablado y lo que se narra. Te decantas por lo que tiene vida.
La primera vez que estuve en Checoslovaquia, pensé que trabajo en una sociedad en la que, como escritor, todo vale y nada importa, mientras que para los escritores checos a los que conocí en Praga, nada vale y todo importa.

Entrevista a Ivan Klíma

Cuánto le habría divertido a Kafka la indignación de esos soñadores que nos dicen a diario: «¡No he venido aquí a que me insulten!». En el mundo de Kafka, y no solamente en el mundo de Kafka, la vida sólo empieza a tener sentido cuando nos damos cuenta de que para eso precisamente es para lo que estamos aquí.

[…]

Lo que hace sufrir a sus personajes no es que no puedan alcanzar sus sueños, sino el hecho de no ser lo suficientemente fuertes como para adentrarse de veras en el mundo real, para cumplir de veras con su obligación.

Cualquiera que haya estado de niño en un campo de concentración, dependiendo completamente de un poder exterior que en cualquier momento puede venir y hacer daño o matarte, a ti y a todos los que te rodean, es probable que se mueva por la vida de un modo ligeramente distinto al de quienes no han tenido que someterse a semejantes procedimientos educativos. Que la vida puede romperse de pronto, como una goma elástica: esa fue mi lección diaria durante la niñez.

Entrevista a Isaac Bashevis Singer

Ningún escritor verdaderamente bueno escribirá nunca en una lengua aprendida, sino en la lengua que conoce desde la infancia.

Entrevista a Milán Kundera

Una novela es una larga pieza de prosa sintética basada en un argumento con personajes invitados. Esos son los únicos límites. Cuando digo sintética, me refiero al deseo del novelista de asir su tema desde todas perspectivas y del modo más completo posible.
Una novela no afirma nada: una novela busca y plantea interrogantes. […] La estupidez de la gente procede de tener respuestas para todo. […] En un mundo edificado sobre verdades sacrosantas, la novela está muerta.

¿Jugo o salsa?

La vida adulta —con lo que me refiero a eso desconocido, impredecible e irracional a lo que alguien criado y educado como yo lleva el ingenuo proyecto de autoafirmación una vez completados los preparativos para entrar en un mundo conocido, racional y predecible […]
Me gustaría pensar que he vivido lo bastante para no seguir siendo esclavo de los porqués o cautivo de una voluntad fija.

Yiddish/Inglés

Para mi el inglés no solo indica y representa la realidad, sino que es algo real en sí mismo: lo más real de todo lo real. No hay nada más tangible. La vida es el inglés. […] escribir en inglés ha sido también mi tormento y la causa de una gran consternación. […] Mi responsabilidad estética —el imperativo mosaico del novelista estadounidense— es la lengua inglesa […]

Entrevista sobre "La visita al maestro"

Allí donde todo está reservado para la causa no hay sitio para la ficción (o la historia o la ciencia) que no sea pura propaganda.
El poder en cualquier sociedad lo tienen quienes consiguen imponer la fantasía.

La implacable intimidad de la ficción

Su concreción, su foco desvergonzado en todas las mundanidades, su fervor por lo singular y una profunda aversión por las generalidades son el nervio de la ficción. De esa escrupulosa fidelidad a la ventisca de datos concretos que constituyen una vida, de la fuerza de su atención intransigente, de su fisicidad, es de donde saca la novela realista, la insaciable novela realista, con su multitud de realidades, su implacable intimidad. Y su misión: retratar a las personas en sus particularidades.

  1. Capitalist realism. Is there no alternative? Mark Fisher (12/26/2018 - 01/06/2019)
  2. Poesía completa. Ingeborg Bachmann (01/13/2019 - 02/17/2019)
  3. Velocidad de los jardines. Eloy Tizón (02/10/2019 - 03/01/2019)
  4. Calibán y la bruja. Silvia Federici (11/17/2018 - 03/25/2019)
  5. Dialéctica de los abstracto y lo concreto en "El Capital" de Marx. Evald Iliénkov (03/01/2019 - 05/12/2019)
  6. Mademoiselle. Bruno Monsaingeon (04/18/2019 - 06/02/2019)
  7. Jodidos turistas. Varios autores (06/02/2019 - 06/12/2019)
  8. El hombre que amaba a los perros. Leonardo Padura (06/12/2019 - 07/13/2019)
  9. La buena terrorista. Doris Lessing (07/13/2019 - 07/28/2019)
  10. Pastoral americana. Philip Roth (07/28/2019 - 08/25/2019)
  11. ¿Por qué escribir? Philip Roth (08/26/2019 - 09/25/2019)