who killed Bambi?
Tiempo de lectura estimada: 4 minutos
Víctor JáquezReporte de actividades
- Terminé de instalar el sistema base de Gentoo. Hubo bastantes inconvenientes durante el proceso, un par de paquetes con dependencias no bien llevadas. Ahora que lo pienso, debí haber creado un reporte en bugzilla. Esta noche dejé instalando el Gnome; espero llegar mañana y verlo compilado sin problemas.
- Juan José me dio un servidor de un cliente suyo crackeado. ¿Pues qué esperaba? IP ruteable, Debian woody sin actualizar, ssh activado con permisos de logeado para root ¡y la contraseña de root era linux1! Con un estúpido ataque de diccionario al ssh lo obtuvieron. El lamer fue bastante estúpido (para variar), un taradito script kiddie que instaló un rootkit, un bot de irc y un flooder. Pregunta de examen ¿para qué instalas un rootkit? simple: para que tu estancia en el servidor no sea notada; sin embargo mi amigo, el script kiddie, instaló un rootkit que no va con el linux atacado, ergo desestabilizó todo el sistema, no pudo hacer lo que quería y los (mal llamados) administradores se dieron cuenta de inmediato. Conclusión: No le confiaría un servidor a Juan por nada del mundo.
- Me puse a jugar con Flickr. Apenas subí unas fotos del viaje a Europa y saturé mi transmisión mensual. Ya aprendí que Flickr no sirve de mucho, a menos que pagues, y no lo voy a hacer, así que me puse a investigar sobre Gallery, debido a que el administrador de fotos de Jaws no me convence.
- Ya puse el aviso de la guadaña en el GLIB junto con su respectivo SPAM dando aviso.
La anécdota
Resulta que me fui en búsqueda de hojas tamaño A4 (que es el estándar para la comunidad europea, como para nosotros es el tamaño carta), andando por varias papelerías. No encontré en ningún lado, para terminar. Sin embargo, en mi andar, entré a una librería de ocasión, donde compran y vender libros usados, con la esperanza de hallar algo de Freud. Pues de igual modo no había nada de él. Pensé que un buen termómetro para la cultura de una ciudad sería estas librerías de ocasión, y suponiendo esto, Celaya es una ciudad que está por los suelos en cultura: puros libros de texto maltratados, novelas malísimas o clásicos que nadie lee (los de la editorial Purrúa). Pero aún así no se debe perder la esperanza, en esos lugares he encontrado joyitas. Estaba pues, en mi búsqueda del tesoro, cuando llegó un cliente preguntando "¿Tienes el Código da Vínci?". Mi lobo salió de su estepa. Personalmente creo que el Código es una de los productos más depurados de la estupidez norteamericana: un bonche de clichés esotéricos, suciamente engarzados, todo bajo un ante de pseudo formalidad e intelectualidad. Hay cosas mejores qué leer. Y mi niño bueno también salió a saludar: al menos la gente lee, al menos la gente se interesa por poner sus ojos en un libro. El pobre tipo de la librería, muy desconsolado, le dijo que no lo tenía, pero que había otras novelas, que con toda confianza echara un ojo.
Minutos después llegó otro señor: "¿Tienes el Código da Vinci?". La respuesta del encargado no dejó esconder su enfado: "¡No! Pero hay otras opciones. Aquí está la sección de novela", y yo me cagué de risa: ¡este pueblo está de verdad en el rezago! Me apenó la risotada que me salió y que tuve que contener de inmediato. Pensé en el pobre dependiente de la voluntariosa librería, soportar a esta gente. Mientras tanto, había encontrado dos libros interesantes: "Ética para Amador" de Savater y "Álgebra lineal" de Grossman. Decidí comprar uno de ellos y me decanté, apresuradamente, por el de Fernando Savater.
Me preguntarán si leí el Código. Sí, lo admito, y tiene mi segundo lugar en lectura de un libro completo: 2 días. El primero lo tiene El Exorcista con un día. ¿He leído algo más de Dan Brown? ¡Por Dios, no! ¿Iré a ver la película? (lo sé, lo sé, soy un morboso, incoherente, presuntuoso e hipócrita) Sí, sí pienso ir a verla cuando salga.