16 January, 9:25pm

Experiencia laboral

Cuanto terminé la carrera no tuve mayor problema al elegir qué hace después, simplemente seguiría con mi trabajo con mi administrador de redes y con el negocio de proveedor de Internet en mi adorado San José Iturbide. Luego, lo que siguió fue el aprendizaje duro: decidir cerrar el negocio y descubrir que mi chamba de administrador de redes ya no me satisfacía. Me refugié un tiempo como asesor para varias empresas, sin embargo el problema era el mismo: la misma actividad repetida una y otra vez, ya no implicaba un reto intelectual, una emoción gratificante. Fue entonces cuando me gasté todos mi ahorros paseándome y llegó la luz cuando me decidí, después de mucho cavilar, por la maestría.

Sin embargo, terminada la maestría, la pregunta que no había llegado al terminar la carrera, llegó por fin: ¿y ahora?

La deuda echada a cuestas implicaba buscar un ingreso seguro y una nueva oportunidad de hacer algo nuevo, inédito para mi. Vinieron las angustiantes búsquedas en OCC y demás sitios de empleo, hacer y rehacer currículums, en distintos formatos... pero el problema fundamental fue, y es, ¿qué quiero hacer?

En esos días alguien me dijo "tienen reticencia con tu resumè porque tu experiencia como programador web la ven con malos ojos". Había entendido esta expresión, pero no la hice mía a cabalidad sino hasta hace poco. Si se cotidianamente revisan OCC, verán que hay mucha demanda de programadores web, pero a todos les pagan una miseria. Esto se debe a que cualquier improvisado puede aprender php/mysql y se presenta como el gurú que esperaba el mundo (ojo: no digo que estas herramientas sean malas per se). Y, por ende, hay también una avalancha de gente ofertando este tipo de empleos. Ergo, se tienen paupérrimos salarios.

La programación web estaba descartada. No me mal interpreten, mi tesis de licenciatura fue sobre desarrollo de software libre utilizando mod_perl. Sin embargo, hay que reconocer la basta oferta de programadores de medio pelo que ofrecen la solución al problema de medio oriente con un script en php (pero no les pidas utilizar PEAR por que ya valieron).

Esta impresión ha permeado en otras áreas de ciencias computacionales, que existe un real prejuicio en contra de la gente que viene de la programación web.

La pregunta se volvía más compleja ¿qué hacer? Debo decirlo, finalmente no lo decidí yo, el destino me lo puso: software para embebidos.

Fueron giros de 180 grados: de la programación web a la inteligencia artificial, y de ahí a los embebidos. Y, en este aspecto estoy muy contento. Estoy aprendiendo mucho y hacer cosas en estos chunches me resulta muy gratificante. Hay un montón más de cosas que no me agradan en lo absoluto, el testing y mi sueldo entre ellos...

Lo que me trae al último punto de este comentario: la lucha que un computólogo tiene que hacer con la gente de Recursos Humanos para poder brincar de un área del conocimiento a otra.

La computación es una herramienta que se usa en multitud de dominios de conocimiento. Y uno, como conocedor de estas herramientas, anda busca de áreas del quehacer humano donde aplicar su juguetito. Un requisito que exige las ciencias computacionales es el constante aprendizaje, el constante reto de investigar, indagar, jugar, leer, intentar, comprender, visualizar, imaginar. Y esto no es algo en común con las demás disciplinas del conocimiento, que son más bien, estáticas, si no estas directamente en investigación y desarrollo. Esto hace que la gente en recursos humanos, tenga su experiencia en estas otras áreas, quieren aplicar las mismas exigencias de experiencia que en computación no aplican. La gente de RH en computación debe buscar gente con gran capacidad de investigación y rápida asimilación, no güeyes que sepan exactamente el API multimedia para el sistema operativo exótico talporcual.

Este post está dedicado para los que se enfrentan con la fatídica pregunta del ¿y ahora qué?