Examen de grado

El viernes pasado, 4 de noviembre del 2005, fue mi examen de grado de maestría en Ciencias de la Computación. Aprobado finalmente por "humanidad".

El examen fue en tanda, esta vez el paquete fue Sergio y yo. Nuestros sinodales: Enrique Sucar y Leonardo Romero. Nuestro asesor: Eduardo Morales.

Toda la familia de Sergio fue a su examen. Por mi parte estuve contento con la presencia de mi hermano Ricardo y Chuy. Realmente había poco qué ver.

En la presentación de mi disertación, al principio me sentía nervioso, hablaba aprisa, no encontraba las palabras. Pero con respecto fue avanzando, las ideas se afianzaban y la confianza llegó. En la ronda de preguntas, me sentí, de la misma manera, cada vez más confiado, al punto de que yo mismo le hize preguntas a Leonardo, sinodal que particularmente se enzañó con sus cuestionamientos. El cuestionador fue cuestionado. ¿Se habrá visto eso antes en algún examen de grado? A los pocos exámenes de grado que he ido, los examinados toman un papel de cordero a sacrificar y reciben estoicamente los golpes de los sinodales cizañosos.

Pero debo admitirlo, después de 30 minutos de preguntas, estaba agotado, ya no quería seguir defendiendo ideas que carecen de toda relevancia, al menos para la humanidad.

Después vino la peda en la casa. Otra historia, otra historia. Chido finalmente.

Mi hermano y Chuy se fueron temprano el sábado.