Libertad, positiva y negativa

Hace muchos años que mi amiga Chapis me regaló este libro. Lo leí y me ocurrió lo mismo que con "el arte de amar" años antes: no lo entendí. En aquellos días del 2004, yo era un chaval de derechas que votaba al PAN, que creía en el más obsceno individualismo-liberal y en la versión más rancia del emprendurismo. Obviamente muy estaba lejos, frío, perdido.

Y al igual que con "el arte de amar", su relectura ha sido una grata experiencia. Aunque en esta ocasión, debido a mis últimas lecturas marxistas, ya no me dejó boquiabierto, sino más bien venían a mi las lecturas de otros autores, anteriores a Fromm, que ya hablaban en esos términos. El mérito de Fromm fue integrarlos en la psicología social.

Como ya lo explica, de manera fantástica, Néstor Kohan, existen dos estadios de la libertad: la negativa y la positiva. La negativa nos habla de ausencia de obstáculos, de quitar todo aquellos que nos limita, que nos oprime, que nos bloquea nuestro andar por la vida. También se le conocer como libertad de. La segunda, la libertad positiva, es la libertad para. Es decir, una vez que carecemos de obstáculos, tenemos que saber hacia dónde dirigir nuestros pasos, definir nuestros propósitos asumiendo la libertad negativa dada.

Fromm dice que en las sociedades modernas, las personas ya tienen dada la libertad negativa. Los países alcanzaron y festejan sus independencias, sus revoluciones y no ya tienen limitaciones, se determinan de manera autonómica, no por heteronomía. La propaganda chovinista lo repite hasta el cansancio. Sin embargo, el hombre moderno no sabe qué hacer con esta libertad. En última instancia sólo usamos esa libertad para poder vender y comprar mercancías.

Esta situación de quedarse sólo con la libertad negativa ha creado un vacío existencial en los individuos que huyen despavoridos de este sentimiento de aislamiento, perplejidad, y se refugian en los comportamientos sadomasoquistas (emocionales, más que sexuales), en el conformismo, en el autoritarismo, etc. Es decir, ansiamos que otros se hagan cargo de nuestra propia existencia, que nos digan que hacer con esta libertad que se nos fue dada sin más explicaciones.

Luego Fromm dice que la libertad positiva se logra cuando el individuo se relaciona de manera espontánea y amorosa con los demás. Cuando aceptamos y queremos las individualidades de los demás y buscamos la igualdad material entre todos los seres humanos.

Lo que tenemos, entonces, es que la libertad es la unidad dialéctica de dos movimientos: negativo y positivo. El último no puede existir sin el primero y el primero sin el último genera sociedades e individuos enfermos, destructivos.

El problema radica, por tanto, en el tránsito de la libertad negativa hacia la positiva. Aquí Fromm hace énfasis en la educación como el mecanismo para paso. Pero que la educación actualmente sólo genera individuos conformados para ser útiles a la sociedad, no para cambiarla.

Este tránsito dialéctico me recordó a Hegel, citado por Engels, en el libro conocido como "el anti-Dühring":

Para Hegel, la libertad consiste en comprender la necesidad. «La necesidad es ciega mientras no es comprendida». La libertad no consiste en el ensueño de una acción independiente de las leyes de la naturaleza, sino en el conocimiento de dichas leyes, que permiten hacerlas actuar sistemáticamente en vista de ciertos fines determinados. [..] La libertad consiste, por tanto, en esa soberanía sobre nosotros mismos y sobre el mundo exterior, fundada en el conocimiento de las leyes necesarias de la naturaleza; la libertad es, pues, necesariamente un producto de la evolución histórica.

Hegel nos dice que la libertad no llega hasta que seamos capaces de entendernos a nosotros mismos y lo que nos rodea. El desarrollo del conocimiento científico nos permitirá el acceso a la libertad negativa y el tránsito a la libertad positiva.

Pero seamos más radicales. La libertad negativa no sólo debe limitarse al quitar a las estructuras sociales, económicas y políticas que nos inmovilizan, sino que debemos, de manera social, en comunidad, eliminar todas las restricciones materiales (pobreza, explotación, etcétera) para desarrollo pleno del individuo, donde las relaciones sociales sean espontáneas, autonómicas, de amor. Entonces, yo no podré ser libre, hasta que todos los demás (especies no-humanas incluidas) también lo sean.

  1. The grapes of wrath. John Steinbeck (11/23/2016 - 03/20/2016)
  2. Saltaré sobre el fuego. Wisława Szymborska (03/20/2016 - 04/02/2016)
  3. Miedo a la libertad. Erich Fromm (03/07/2016 - 04/10/2016)