Tuesday 21 February 2012

  1. La otra historia de México. Hidalgo e Iturbide (La gloria y el olvido). Armando Fuentes Aguirre, Catón (10/02/2011 - 02/21/2012)

¡Uf! Ese libro tuvo una lectura muy irregular. Me lo regaló generosamente Daniel Díaz durante mi estancia en Monterrey, a mediados del año pasado. Allá lo comencé a leer, en la habitación que me había prestado mi tío Raymundo en su casa. Me enganchó de inmediato. Aunque he de decir que al principio su prosa desfachatada me parecía un tanto cansina, pronto le cogí el gustillo a ese modo de contar la historia a modo de cotilleo.

Pero tenía que regresar a otras lecturas que había dejado en pausa. Además, mi itinerante estancia en México hacía que relegara el tiempo de lectura a mínimos. Regresé a España cargando semejante tocho. Lo llevaba en la mochila del ordenador portátil, abrigando la esperanza de que lo leería en los aviones que tomaría. Fatua esperanza, he decir. Sin embargo, me sirvió de pretexto para conversar con una chica muy agradable en el aeropuerto de Barajas. Ella volaba hacia Santiago de Compostela y resultó ser una gringa la mar de interesante: guionista premiada, graduada de la Universidad de Berkeley, con mucha literatura en su haber e incansable viajera por el mundo, desde Rusia hasta las islas Galápagos. Ya no he vuelto a saber ella.

Luego siguieron libros más apremiantes por las circunstancias, luego festividades de fin de año, y enero se consumió en el Báltico. Pero hoy tomé la determinación de terminar el libro y acabo de llegar a su punto final.

Este libro me dejó muchísimas reflexiones. Un par notas de este blog tienen sus raíces en las páginas del libro: cuando hablé de la identidad mexicana y de la reivindicación de Iturbide como padre de la patria.

Pero tal vez tengo una reflexión final que ya mencioné y que quiero remarcar: la historia de México, de mi país, tiene muy pocos hechos de los cuales enorgullecerse. Bandidos, rencorosos, envidiosos, egoístas, locos, han escrito nuestra historia. Por otro lado, el psicoanálisis sostiene que el hecho traumático no importa en sí, sino como es configurado por nuestra consciencia. Veamos sin maquillaje nuestra historia, reconozcamos de dónde venimos, apreciemos lo positivo, desprendámonos de lo negativo y atrevámonos a escribir los siguientes capítulos con mayor entereza, responsabilidad e inteligencia.