2018
Jueves, fiebre; viernes, dolor de cabeza y cansancio; viernes, vómitos; sábado, dolor de cabeza y mareos; domingo, flujo nasal, estornudos y cansancio. Estos han sido mis días desde que regresé a casa. Me la he pasado en cama o echado en el sofá viendo series y películas (la cuarta temporada de Peaky Blinders, por ejemplo). Espero estar recuperado mañana para reintegrarme al laburo, aunque, debo decir, estoy escribiendo con mucho esfuerzo.
Muchas veces el recuerdo próximo, dérmico, da la sensación de representar al todo. Por ejemplo, diciembre, siento, fue un mes anodino, entonces tengo la sensación de que todo el 2017 fue igual. No obstante, hay que echar mano de los registros para sopesar el año con justicia, ignorando el sabor herrumbroso en boca.
Comencemos por los números
Leí 17 libros: siete de filosofía y ensayo, tres de poesía, seis de novela y uno de cuentos. Escribí cuatro textos breves, expuestos en este espacio. Viajé a dos países (México y República Checa), además de los viajes dentro de España: Ortigueira, Balarés y un memorable tour por Andalucía durante el verano.
También fue una año de resoluciones: una nueva identidad territorial que me permite más libertad de movimiento dentro del entorno en el que vivo, lo que desembocó en la mudanza para experimentar otro modo de convivencia. Ya este año lo viví a caballo entre ambas ciudades.
Profesionalmente, este año fuimos organizadores del hackfest de primavera de GStreamer. Además participé como mentor de un estudiante el Google Summer Of Code. Dentro de Igalia también tomé el papel de mentor de una nueva igalian.
Empecé una nueva versión de mi proyecto de la Constitución Mexicana en Git, comenzando desde la primera Constitución de 1817. Y continué trabajando, de poquito en poquito, en mi proyecto mascota dplayer, al que ahora quiero extender usando el lenguaje de programación Rust.
Pero vayamos por lo menudo, mes a mes:
- Enero
- Termino de leer Hegel, Marx, Nietzsche (o el reino de las sombras) de Henri Lefebvre, uno de los libros más complicados que he leído, pero no el más complicado de este año.
- Febrero
- México y en el ChePe de los Mochis a Creel.
- Marzo
- Regreso a la normalidad. Y no mucho más.
- Abril
Concierto de La Otra.
Recibo como invitado en casa, por una temporada, a un compañero de Corea del Sur. Fue toda una experiencia inter-cultural.
- Mayo
- Hackfest de GStreamer.
- Junio
- Llego al cuarto piso y hacemos pozole vegano para la celebración. Lo interesante fue que una cena en sororidad.
- Julio
Vamos por primera vez al festival de Ortigueira.
Concierto de Franco Battiato.
- Agosto
Concierto de VdeValarés.
Celaya se vuelve un campo de batalla, una plaza caliente.
Tour por Andalucía con la pandilla 🖤: Sevilla, Cadiar (Alpujarra), Almería (Cabo de Gatas) y Málaga.
- Septiembre
La desgracia se asienta en México con terribles sismos. Demasiada muerte, desesperanza.
3 años sin una solución satisfactoria a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Me otorgan la otra identidad territorial.
- Octubre
Comienza la secesión de Cataluña.
Viaje a Praga para la GStreamer Conference.
- Noviembre
Leer y escribir.
Encontramos nuevo hábitat.
- Diciembre
Leo el libro más difícil del año: los ensayos escogidos de Walter Benjamin.
Se aprueba la licencia para matar por parte del Gobierno y Ejército mexicano.
Tomo las peores vacaciones de mi vida: sin planearlas debidamente. En casa. Ni desconecté, ni trabajé, ni descansé, ni fui productivo. Lo único fue empacar y a medias.
Año nuevo con el piquete cubano en Calafell. Como siempre, genial.
En retrospectiva fue un año bueno, pero me quedo con la sensación de faltó ambición y coraje. No sé. Aunque tal vez sólo esa pizca que otorga la sensación de determinación. Ahora. Este año. Será un año complejo, difícil, conflictivo social y políticamente.